Felipe y el Árbol de la Aventura
Era un hermoso día soleado en el parque, y Felipe, un niño curioso y lleno de energía, estaba jugando con su pelota. No había un lugar mejor para disfrutar que aquel enorme parque, lleno de árboles frondosos y risas de niños. Sin embargo, ese día Felipe sentía algo extraño en su interior; un pequeño atisbo de miedo.
Esa mañana, mientras jugaba, se fijó en un árbol muy grande y frondoso que nunca había notado antes. Tenía un tronco ancho y ramas enormes que parecían tocar el cielo.
"¿Qué secreto esconderá ese árbol?" - pensó Felipe, mientras se acercaba lentamente. La sombra del árbol le dio un escalofrío. Pero su curiosidad era más fuerte que su miedo.
Cuando se aproximó, notó que en su tronco había un grabado: "¡Bienvenidos a la Aventura!".
— "¿Aventura? Suena divertido, pero... ¿y si pasa algo malo?" - se decía a sí mismo.
Justo en ese momento, apareció su amiga Valentina, una niña valiente.
"¿Qué te pasa, Felipe? Estás pálido como un fantasma."
"Mira ese árbol, tiene algo extraño. Dice que hay una aventura, pero no sé si quiero arriesgarme."
Valentina miró al árbol con ojos brillantes.
"¡Vamos, Felipe! Las aventuras son las mejores cosas que podemos vivir. Si tenemos miedo, podemos enfrentarlo juntos."
Felipe respiró hondo y decidió que aun con un poco de miedo, quería vivir esa aventura. Así que juntos, empezaron a tocar el tronco del árbol.
De repente, una luz brillante los envolvió, y en un parpadeo, los dos se encontraron en un mundo mágico. Era como un cuento de hadas, con coloridos paisajes, flores que hablaban y animales amistosos.
— "¡Guau! Esto es increíble!" - exclamó Felipe, perdiendo por completo el miedo.
— "Mirá, ahí viene un conejo gigante!" - señaló Valentina.
El conejo, que se llamaba Don Hop, se acercó a ellos con una sonrisa.
"¡Hola, niños! Bienvenidos al Jardín de las Aventuras! Aquí todo es posible, pero para disfrutar, deben enfrentarse a sus miedos."
Felipe se sintió un poco incómodo al escuchar esto, pero Don Hop continuó:
"Primero, deben cruzar el Puente de las Sombras. Detrás de ese puente, hay un árbol que guarda un secreto. Quizás sea un regalo para ustedes, o tal vez una lección."
— "¿Qué es un puente de sombras?" - preguntó Felipe, sintiendo una pitada de nervios.
"Es un puente que aparece cuando uno tiene miedo. Pero si lo cruzas con valentía, descubrirás todo lo maravilloso del otro lado," - respondió Don Hop.
Valentina se animó.
"¡Vamos, Felipe! Deberíamos cruzarlo juntos."
Felipe dudó, pero al ver la valentía de su amiga, tomó una decisión. Juntos avanzaron hacia el puente, y a medida que se acercaban, una sombra aterradora se presentó frente a ellos. Pero en vez de darles miedo, los hizo reír.
— "Es solo una sombra, y no puede hacernos nada!" - dijo Valentina riéndose.
"¡Exacto!" - saltó Felipe. Ambos se dieron la mano y, con un salto, cruzaron el puente.
Al otro lado, encontraron un árbol aún más grande que el primero. Este árbol brillaba con luces mágicas. Al tocar su tronco, se sintieron llenos de energía y alegría.
— "¡Mirá! Hay un cofre aquí!" - dijo Felipe emocionado, señalando un gran cofre dorado.
Cuando abrieron el cofre, dentro había un mapa, un juego de mesa y una carta.
"Queridos niños, gracias por enfrentar sus miedos. El mapa los llevará a nuevas aventuras, y el juego les recordará que siempre es mejor compartir."
Felipe y Valentina se miraron orgullosos.
"Nunca pensé que enfrentar mis miedos podría darme algo tan bonito," - dijo Felipe, sonriendo.
"¡Y ahora vamos a compartirlo con nuestros amigos!" - exclamó Valentina entusiasmada.
Así, los dos amigos regresaron a su parque, llenos de historias de valentía, descubrimiento y amistad. Y a partir de ese día, cada vez que alguien sentía miedo, Felipe recordaba el árbol mágico y cómo enfrentar esos temores juntos podía abrir la puerta a nuevas y maravillosas aventuras.
FIN.