Felipe y los Tres Colores Mágicos
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Felipe y los Tres Colores Mágicos

Based on: Felipe tiene 5 años y es un niño muy estudioso y le gusta jugar, leer y le gusta los colores rojo, amarillo y azul

Era un soleado día en el barrio de Felipe, un niño de 5 años, curioso y muy estudioso.

A Felipe le encantaba jugar, leer cuentos y aprender cosas nuevas.

Su pasión por los colores era tan fuerte que siempre llevaba puesta una camiseta roja, unos pantalones amarillos y unas zapatillas azules.

Cada vez que veía un arcoíris, se emocionaba y decía: -"¡Mirá, mamá!

¡El arcoíris tiene mis colores favoritos!"

Un día, mientras estaba en su habitación leyendo un libro de aventuras, encontró algo inusual entre las páginas: una pequeña pintura de un arcoíris con un destello mágico.

Intrigado, Felipe tocó la pintura y, de repente, una luz brilló y lo transportó a un mundo lleno de colores vivos.

- "¡Hola, Felipe!" - dijo una pequeña nube blanca que flotaba cerca.

- "Soy Nube, la guardiana de los colores.

Gracias por venir.

Necesitamos tu ayuda.

"

Felipe, emocionado, preguntó: - "¿Cómo puedo ayudar?"

- "En este mundo, los colores están desapareciendo.

Solo quedan el rojo, el amarillo y el azul, pero si no encontramos los colores que faltan, todo se volverá gris.

"

Felipe, decidido a ayudar, preguntó: - "¿Qué colores faltan?"

- "El verde, lila y naranja.

Los colores se han escondido en tres lugares mágicos.

Para encontrarlos, debes realizar tres misiones.

¿Estás listo?"

- "¡Sí!" - respondió Felipe con entusiasmo.

Primero, la Nube lo llevó a un bosque donde todo era rojo y amarillo.

- "Aquí tienes que encontrar al Dragón Chistoso, que es verde.

Solo le gusta reír y su risa se escucha a lo lejos.

"

Mientras caminaba, Felipe escuchó una risa fuerte.

- "¡Eso es!" - exclamó mientras corría en dirección al sonido.

Al llegar, vio al Dragón Chistoso que contaba chistes a sus amigos.

- "¿Puedes ayudarme a encontrar el color verde?" - le preguntó Felipe.

- "Claro, pero primero, cuenta un chiste tú también.

"

Felipe pensó por un momento y dijo: - "¿Qué le dice una iguana a su hermana gemela?

¡Iguanita!"

El dragón se rió mucho y, emocionado, le entregó una piedra verde.

- "¡Aquí está!

Ahora, ve a buscar el color lila.

"

Felipe siguió su camino y llegó a un campo lleno de flores amarillas y azules.

En el centro había un gran árbol que daba sombra.

Allí encontró a la Mariposa Lila, que estaba muy triste porque había perdido su color.

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- "¡Hola!

¿Cómo puedo ayudarte?" - le preguntó Felipe.

- "Necesito que encuentres a mi amiga la Abeja, ya que sin ella no puedo ser feliz.

Solo ella me puede devolver el brillo a mi color.

"

Pensando rápidamente, Felipe dijo: - "¿Dónde puedo buscar a la Abeja?"

- "Ella vuela alrededor de la fuente.

Tienes que hacerla sonreír.

"

Felipe corrió a la fuente y empezó a hacer muecas.

Cuando la Abeja llegó, se rió tanto que decidió ayudarlo.

- "¡Aquí está!" - dijo la Abeja mientras tocaba la Mariposa Lila.

De repente, las flores comenzaron a florecer en lila brillante.

Con la alegría, la mariposa entregó una pluma lila a Felipe.

- "¡Ahora solo nos falta el color naranja!" - dijo Felipe emocionado.

Su última misión lo llevó a la cima de una montaña donde podía ver todo a su alrededor.

Allí encontró a una tortuga que estaba pintando piedras de forma creativa, pero no tenía el color naranja.

- "¿Cómo puedo conseguir que el naranja vuelva a tu mundo?" - le preguntó Felipe.

- "Necesito que combine el rojo y el amarillo.

Pero primero debes ayudarme a terminar un mural.

"

Felipe se puso manos a la obra y, con ayuda de la tortuga, mezclaron los colores rojo y amarillo sobre las piedras.

Al ver la mezcla, la tortuga jubiló con felicidad.

- "¡Ya veo!

¡Has creado el color naranja!

Aquí tienes un poco para tu misión.

"

Contento, Felipe agradeció a la tortuga y volvió con Nube, quien lo esperaba en el lugar donde comenzó.

- "Felipe, ¡lo lograste!

Tienes los tres colores mágicos.

"

Con la ayuda de Felipe, los colores verdes, lilas y naranjas regresaron a su mundo.

- "¡Gracias, Felipe!

Eres un excelente amigo de los colores.

Cada vez que mires un arcoíris, recuerda que tú lo hiciste posible.

"

Felipe sonrió y, de repente, la luz lo llevó de regreso a su habitación.

Mirando el libro que tenía en sus manos, dijo:

- "¡Ahora tengo una aventura aún más emocionante para contar!"

Felipe entendió que el aprendizaje y la diversión pueden ir de la mano, y que siempre es importante ayudar a los demás.

Desde aquel día, siempre llevó consigo una pluma lila, una piedra verde y una roca naranja como recordatorio de su gran aventura, y chaque vez que veía un arcoíris sonreía, pensando en los amigos que había hecho en el mundo de los colores.

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Publicado el 10/03/2024

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