Felix y el valor del agua



Había una vez un niño llamado Felix, quien no se bañaba. Desde que era muy pequeño, siempre encontraba excusas para evitar el agua y el jabón.

Sus padres intentaban convencerlo de la importancia de la higiene personal, pero Felix simplemente se negaba. Un día, mientras jugaba en el parque, Felix conoció a Lucas, un niño muy curioso y aventurero. Lucas notó que Felix olía un poco mal y decidió acercarse a él.

"Hola, soy Lucas ¿Cómo te llamas?"- preguntó curioso. Felix respondió tímidamente: "Soy Felix"-. Lucas arrugó la nariz y dijo: "Felix, creo que necesitas tomar un baño. Te prometo que no es tan malo como parece"-.

Felix miró a Lucas sorprendido por su comentario y le contestó: "¿De verdad crees eso? A mí me da miedo mojarme"-. Lucas sonrió amablemente y le dijo: "Entiendo tus miedos, pero déjame contarte una historia.

Había una vez un patito llamado Ducky que vivía en un estanque sucio. Todos los demás animales evitaban acercarse a él porque tenía mal olor debido a la falta de limpieza"-. Felix se interesó por la historia y preguntó: "¿Qué hizo Ducky entonces?"-.

Lucas continuó: "Un día Ducky vio cómo todos los otros patitos nadaban felices en otro estanque limpio y brillante. Se dio cuenta de que quería ser parte de ellos y decidió enfrentar sus miedos.

Ducky saltó al agua y se dio un buen baño, dejando atrás su mal olor"-. Felix pensó en la historia de Ducky y comenzó a reflexionar sobre su propia situación. Se dio cuenta de que si quería ser aceptado por los demás niños, debía superar su miedo al agua.

Decidió darle una oportunidad a Lucas y juntos fueron al río cercano. Felix temblaba de miedo mientras se acercaban al agua, pero Lucas lo animaba diciendo: "¡Vamos Felix, tú puedes hacerlo!"-.

Finalmente, Felix se sumergió en el agua y descubrió que no era tan aterrador como pensaba. El agua fresca le daba una sensación agradable en la piel y el jabón hacía espuma divertida.

Al finalizar su primer baño en mucho tiempo, Felix se sintió renovado y feliz. A partir de ese día, Felix adoptó el hábito de bañarse regularmente. Descubrió que mantenerse limpio no solo mejoraba su aspecto físico sino también su autoestima.

Los otros niños notaron el cambio en él y comenzaron a acercarse más. Felix aprendió que enfrentar sus miedos puede llevarnos a lugares maravillosos y nos ayuda a crecer como personas.

Agradecido con Lucas por haberle mostrado el camino hacia la higiene personal, Felix decidió compartir su historia con otros niños para inspirarlos también. Y así fue como Felix pasó de ser "el niño que no se bañaba" a convertirse en "el niño valiente que venció sus miedos".

FIN.

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