Fermin aprende a cuidar su salud



Había una vez un niño llamado Fermin. Era un niño muy alegre y activo, pero últimamente se había estado sintiendo mal. Tenía tos, fiebre y mucho dolor de garganta.

Fermin fue al médico y le dijeron que tenía una infección en la garganta. El médico le recetó un jarabe para tomar durante una semana para curarse. Pero Fermin no quería tomar el jarabe porque pensaba que iba a ser amargo y desagradable.

Así que decidió no tomarlo. Los días pasaron y Fermin seguía sintiéndose cada vez peor. Su mamá intentaba convencerlo de que tomara el jarabe, pero él se negaba rotundamente.

Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, Fermin comenzó a sentirse muy débil. Se desmayó y tuvo que ser llevado de urgencia al hospital. Allí los doctores descubrieron que su infección había empeorado gravemente por no haber tomado el medicamento adecuado.

Los doctores le explicaron a Fermin lo importante que era seguir las instrucciones del médico para poder curarse. Fermin entendió la importancia del tratamiento adecuado e hizo una promesa de tomar su medicina sin falta todos los días hasta sanar por completo.

A medida que pasaban los días, Fermin empezó a sentirse mejor gracias al medicamento y finalmente se recuperó completamente. Ahora comprendía lo importante que era cuidar su salud siguiendo las recomendaciones médicas adecuadas.

Desde entonces, siempre hacía caso a los consejos del médico cuando estaba enfermo, sabiendo que así podría mantenerse sano y fuerte para poder seguir jugando con sus amigos en el parque.

FIN.

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