Fiesta en el Océano



Dante nunca había visto un tiburón tan simpático como aquel. Era un tiburón de aspecto amigable y suave, con una sonrisa que iluminaba todo el océano. - Hola, ¿cómo te llamas? - preguntó Dante tímidamente.

- Me llamo Tito - respondió el tiburón-, ¿quieres venir a mi fiesta de tiburones? Estamos cantando canciones de Mike Craf. Dante se sorprendió, nunca había oído hablar de una fiesta de tiburones y mucho menos de alguien llamado Mike Craf.

Pero la emoción lo invadió y decidió aceptar la invitación. - ¡Sí! Me encantaría ir a tu fiesta - exclamó Dante emocionado. Tito llevó a Dante por el océano hasta llegar al lugar donde se estaba celebrando la fiesta.

Había muchos otros tiburones allí, todos ellos bailando y cantando al ritmo de las canciones que Tito les enseñaba. Incluso algunos peces pequeños se habían unido a la diversión.

Dante no podía creer lo divertido que era estar en medio de tantos animales marinos. Pero entonces ocurrió algo inesperado: uno de los tiburones más grandes comenzó a acosar a Dante. - ¡Fuera! Los humanos no son bienvenidos aquí - dijo el gran tiburón con voz amenazadora.

Dante sintió miedo e incertidumbre ante esta situación desconocida para él. Sin embargo, Tito intervino rápidamente para defenderlo:- ¡Alto ahí! No puedes tratar así a nuestro amigo Dante. Él es especial y es bienvenido en nuestra fiesta.

Los otros tiburones se unieron a la defensa de Dante, formando un círculo protector alrededor de él. El gran tiburón finalmente se retiró, dejando a Dante en paz.

- Muchas gracias por defenderme - dijo Dante emocionado-, nunca olvidaré lo que hicieron por mí. - Somos una comunidad amistosa y respetuosa con todos los seres del océano - respondió Tito-. Y tú eres uno más de nuestra familia ahora.

Desde ese día, Dante visitaba regularmente la fiesta de tiburones y aprendía cosas nuevas sobre el mundo marino. Descubrió que había mucho más en el océano de lo que pensaba y que no debía tener miedo a lo desconocido.

Además, hizo muchos amigos nuevos entre los animales marinos y se sintió parte de algo especial. Así termina la historia de cómo un encuentro casual con un tiburón amigable llevó a Dante a descubrir la belleza del mundo marino y aprender importantes lecciones sobre amistad y respeto hacia todas las criaturas vivas.

FIN.

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