Figurita, el sueño futbolero
Había una vez un pequeño muñeco de madera llamado Figurita. Vivía en una tienda de juguetes junto a muchos otros juguetes, pero él siempre se sentía diferente.
Tenía un sueño muy grande: quería convertirse en el mejor jugador de fútbol del mundo. Un día, cuando la tienda estaba cerrada, Figurita decidió escaparse para buscar su sueño. Caminó por las calles hasta que llegó a una cancha de fútbol donde había varios niños jugando.
Se acercó tímidamente y les preguntó si podía jugar con ellos. "¿Tú? ¿Jugar al fútbol?" -se burlaron los niños-. "Eres solo un muñeco". Figurita no se dejó desanimar y les demostró sus habilidades con la pelota.
Los niños quedaron sorprendidos y decidieron dejarlo jugar con ellos. Con el tiempo, Figurita se convirtió en el mejor jugador del equipo. Pero su sueño era aún más grande: quería ser parte del equipo nacional argentino y ganar la Copa Mundial de Fútbol.
Un día recibió una carta invitándolo a participar en las pruebas para el equipo nacional juvenil. Con mucha emoción, entrenó duro todos los días para dar lo mejor de sí en las pruebas.
Pero justo antes del día de las pruebas, Figurita perdió su pierna derecha mientras practicaba unos trucos con la pelota. Se sintió devastado y pensó que nunca podría cumplir su sueño. "No puedo hacerlo sin mi pierna" -lloraba Figurita-.
Pero sus amigos no lo dejaron caer. Lo animaron y le dijeron que no se rindiera, que ellos lo ayudarían a encontrar una solución. Así fue como encontraron a un viejo carpintero que les hizo una pierna de madera para Figurita.
Con su nueva pierna, Figurita se sintió más fuerte que nunca y decidió ir a las pruebas. A pesar de la adversidad, Figurita dio todo lo que tenía en las pruebas y logró ser seleccionado para el equipo nacional juvenil.
Y con mucho esfuerzo y dedicación, finalmente cumplió su sueño: ganar la Copa Mundial de Fútbol con el equipo argentino. Figurita aprendió que nunca debía rendirse ante los obstáculos y siempre debía luchar por sus sueños.
Y así, inspiró a muchos niños a seguir sus propios sueños sin importar cuán grandes o imposibles parezcan.
FIN.