Filomena y las Hierbas Mágicas


En un pequeño pueblo en el campo vivía una culebra llamada Filomena. A diferencia de las demás serpientes, a Filomena le encantaba observar y aprender sobre las cosas que pasaban a su alrededor.

Un día, mientras se deslizaba por el campo, escuchó a un campesino preocupado hablando con su perro. - ¡Ay, qué problema tengo! Mi vaca se comió todas las verduras que iba a vender en el mercado, ¿qué voy a hacer ahora? - exclamó el campesino.

Filomena decidió acercarse al campesino y ofrecerle ayuda. - Buenas tardes, señor campesino. Escuché su problema y creo que puedo ayudarlo - dijo Filomena tímidamente.

El campesino sorprendido miró a la culebra y preguntó: ¿Cómo podrías ayudarme tú, una simple culebra? - Verá usted, he estado observando cómo trabaja en su huerto y he aprendido mucho sobre plantas y cultivos.

Déjeme ir al bosque para traer algunas hierbas especiales que harán crecer rápidamente nuevas verduras para vender en el mercado - explicó Filomena con entusiasmo. El campesino aceptó la propuesta de Filomena con algo de escepticismo pero sin muchas esperanzas. La culebra partió hacia el bosque en busca de las hierbas especiales prometidas.

Mientras tanto, en otro rincón del campo, un árbol llamado Don Eucalipto estaba siendo juzgado por sus compañeros árboles por no dar suficiente sombra ni refugio a los animales del lugar.

- ¡Eres un mal árbol! Deberías ser cortado para dar paso a uno mejor - sentenció un viejo roble enfadado. Don Eucalipto intentaba defenderse explicando que había tenido dificultades para crecer adecuadamente debido a la sequía reciente en la región. Pero sus argumentos parecían no convencer a los demás árboles.

En ese momento llegó Filomena con las hierbas especiales que encontró en el bosque. Con mucha determinación y trabajo duro logró plantarlas junto al huerto del campesino.

En pocos días, gracias al conocimiento de la culebra y al poder mágico de las hierbas especiales, nuevas verduras comenzaron a brotar más grandes y hermosas que nunca antes. El campesino quedó asombrado y muy agradecido con Filomena por haber solucionado su problema.

Decidió llevar algunas verduras al juicio del árbol Don Eucalipto para mostrar cómo la colaboración entre diferentes seres podía lograr cosas maravillosas.

- ¡Miren lo que ha hecho esta valiente culebra! Gracias a ella tenemos una nueva cosecha lista para vender en el mercado - exclamaba emocionado el campesino ante los demás árboles presentes. Los árboles quedaron impresionados por lo ocurrido y comprendieron que cada ser vivo tiene algo especial que ofrecer al mundo si se trabaja juntos en armonía.

Desde ese día, Don Eucalipto recibió ayuda de sus compañeros árboles para crecer fuerte y sano, mientras que Filomena se convirtió en una heroína respetada por todos en el campo.

Y así fue como una humilde culebra demostró que no importa quién seas o cómo luzcas; siempre puedes hacer grandes cosas si trabajas duro y tienes buen corazón.

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