Firulais, el lobo protector del bosque
Había una vez en un frondoso bosque, un lobo llamado Firulais que poseía poderes sobrenaturales para proteger a los habitantes del bosque de cualquier peligro. Un día, un cazador ingresó al bosque con la intención de atrapar a Firulais para vender su piel. El lobo, consciente del peligro, se preparó para enfrentar al cazador y proteger su hogar. Así, comenzó un juego del gato y el ratón entre el cazador y Firulais, donde el lobo utilizaba sus poderes para confundir al intruso. Mientras tanto, un espíritu del bosque observaba preocupado la situación, deseando intervenir pero sin poder hacerlo directamente.
En ese momento, un anciano brujo, quien en su juventud había otorgado los poderes a Firulais, percibió la angustia del espíritu y decidió ayudar. Con sus conocimientos de la naturaleza, ideó un plan para poner fin al conflicto de una vez por todas. Creó una ilusión mágica para confundir al cazador y guiarlo lejos del territorio de Firulais. Al mismo tiempo, el brujo recordó a Firulais que el verdadero poder reside en la sabiduría y el cuidado del bosque, no en la confrontación directa.
Finalmente, el cazador, confundido y desorientado, abandonó el bosque sin haber alcanzado su objetivo. Firulais, agradecido por la intervención del brujo y el espíritu del bosque, comprendió que su deber era proteger el bosque no solo con sus poderes, sino también guiando a los demás habitantes para preservar el equilibrio natural. Desde entonces, Firulais se convirtió en un líder respetado por todos los seres del bosque, enseñándoles a vivir en armonía y proteger su hogar.
FIN.