Flamenco en el Bosque



Había una vez una niña llamada Juliana, a quien le encantaba bailar flamenco. Todos los días practicaba en su habitación con la música a todo volumen.

Pero un día, cuando estaba ensayando sus pasos de baile favoritos, se dio cuenta de que alguien la estaba observando desde la puerta. Era su papá, quien había perdido el trabajo hace unos meses y no encontraba uno nuevo.

Se veía triste y preocupado por no poder proporcionar lo mejor para su familia. Juliana se acercó a él y le preguntó qué le pasaba. "Papi, ¿qué te pasa? ¿Por qué estás tan triste?""Nada hija, solo estoy preocupado por el trabajo", respondió su padre con un tono apagado.

Juliana sabía que tenía que hacer algo para animar a su papá. Así que decidió enseñarle cómo bailar flamenco. Al principio fue difícil para él seguir el ritmo y los movimientos del baile español, pero poco a poco fue mejorando.

"¡Mira papi! ¡Lo estás haciendo muy bien!", exclamó Juliana mientras seguían bailando juntos. Su padre empezó a sonreír y olvidarse de sus problemas mientras disfrutaban del baile juntos en casa.

Al día siguiente, mientras iban caminando por la calle, vieron una oferta de trabajo como inspector de seguridad e higiene en una fábrica cercana.

Su padre pensó en postularse al puesto y gracias al aprendizaje del baile con Juliana logró tener más confianza en sí mismo para presentarse ante el empleador. Mientras tanto, Gastón (el primo aventurero de Juliana) apareció en la ciudad para visitarlos. Gastón era un chico muy aventurero y siempre tenía planes emocionantes que hacer.

"¡Hola Juliana! ¿Qué planes tienes para hoy?", preguntó Gastón con una sonrisa. "Pues, mi papá está buscando trabajo y estamos ayudándolo a encontrar uno", respondió Juliana. "¡Genial! Yo tengo una idea increíble. Vamos a explorar el bosque cercano y buscar algún tesoro escondido", dijo Gastón entusiasmado.

Juliana pensó en lo importante que era ayudar a su papá en ese momento difícil, pero también quería pasar tiempo con su primo aventurero.

Así que decidió hacer las dos cosas al mismo tiempo: explorar el bosque mientras buscaban ofertas de trabajo por la zona. Después de varias horas caminando por el bosque encontraron una caja escondida detrás de un árbol grande. Al abrirla descubrieron una oferta laboral como profesor de flamenco en una escuela cercana.

Era perfecto para Juliana ya que le encantaba bailar este tipo de música española y podría enseñarlo a otras personas.

Luego, cerca del anochecer, mientras llegaban exhaustos a casa, recibieron la llamada esperada: ¡Papá había sido seleccionado para trabajar como inspector de seguridad e higiene en la fábrica! Todos celebraron juntos los logros conseguidos durante el día y se sintieron felices por haberse apoyado mutuamente cuando más lo necesitaban.

Desde entonces, cada vez que tenían algún problema o dificultad recordaban esa tarde donde aprendieron que no importa cuán difícil sea la situación, siempre hay una forma de solucionarlo y se pueden encontrar oportunidades en los lugares menos esperados.

FIN.

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