Flamencos Frozen Pond
Había una vez, en un hermoso bosque de Argentina, un flamenco llamado Flamenco. Flamenco era conocido por su elegante plumaje rosado y sus largas patas.
Vivía felizmente cerca de una laguna cristalina, donde pasaba la mayor parte del tiempo bailando y buscando comida. Un día, el invierno llegó al bosque y trajo consigo un frío intenso. La laguna se congeló por completo y Flamenco quedó atrapado en el hielo.
Intentó liberarse moviendo sus alas y piernas, pero no tuvo éxito. La luna observaba desde lo alto del cielo la difícil situación de Flamenco. La luna era sabia y poderosa, así que decidió ayudar al pobre flamenco.
Con su brillo mágico, comenzó a calentar el hielo que rodeaba a Flamenco. -¡Gracias, luna! -exclamó Flamenco emocionado-. ¡Eres mi salvadora! Una vez liberado del hielo, Flamenco notó algo triste: todas las flores del bosque habían desaparecido debido al frío invierno.
Sin embargo, había una pequeña flor solitaria que resistió el clima adverso. Flamenco se acercó a la flor para preguntarle cómo había logrado sobrevivir. -¿Cómo hiciste para resistir este frío tan fuerte? -preguntó curioso Flamenco. -La respuesta está en mi raíz -respondió la flor-.
Tengo unas raíces fuertes que me permiten absorber los nutrientes necesarios para sobrevivir incluso en las condiciones más difíciles. Flamenco se sintió inspirado por la valentía y fortaleza de la pequeña flor.
Decidió aprender de ella y comenzó a cultivar su propio jardín en el bosque. Flamenco plantó semillas de diferentes flores alrededor de la laguna y las cuidó con amor y dedicación.
Poco a poco, las flores comenzaron a crecer y llenaron el bosque con sus colores vibrantes. Un día, una bandada de flamencos migratorios pasó volando sobre el bosque. Vieron el hermoso jardín que Flamenco había creado y quedaron maravillados. -¡Qué hermoso lugar has creado, Flamenco! -exclamaron los flamencos migratorios-.
¿Nos permitirías unirnos a tu jardín? Flamenco sonrió felizmente y aceptó encantado la propuesta de los flamencos migratorios. Juntos, construyeron un hogar cálido y acogedor para todos los animales del bosque.
Desde aquel día, el bosque se convirtió en un lugar lleno de vida y alegría. Los animales disfrutaban del nuevo jardín mientras Flamenco seguía bailando alrededor de la laguna junto a sus nuevos amigos.
La historia enseña a los niños sobre la importancia de ser fuertes ante las adversidades, como la flor solitaria que resistió el frío invierno. También resalta la importancia del trabajo en equipo y cómo cada uno puede contribuir para crear un entorno mejor para todos. Fin
FIN.