Flor y las manzanas mágicas



Había una vez un dinosaurio llamado Flor que vivía en un hermoso bosque lleno de colores y sonidos mágicos. Flor era diferente a los demás dinosaurios, ya que tenía flores creciendo en su espalda en lugar de espinas.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Flor se encontró con una nena llamada Milena. Milena estaba triste porque no podía encontrar las manzanas que solían crecer en el árbol de su jardín.

Flor se acercó a Milena y le preguntó qué le pasaba. Milena explicó que solía disfrutar de deliciosas manzanas rojas todos los días, pero ahora no había ninguna en el árbol. Estaba preocupada y triste porque no sabía qué hacer.

Flor pensó por un momento y luego tuvo una idea brillante. Le dijo a Milena: "No te preocupes, amiga. ¡Yo puedo ayudarte! Tengo flores mágicas en mi espalda que pueden traer de vuelta tus manzanas".

Milena miró asombrada a Flor y exclamó: "-¿De verdad? Eso sería maravilloso". Entonces, Flor extendió sus brazos llenos de flores hacia el árbol vacío y comenzaron a brotar pequeños brotes verdes. Poco a poco, esos brotes se convirtieron en hermosas ramas cargadas de jugosas manzanas rojas.

Milena estaba tan feliz que empezó a saltar de alegría alrededor del árbol mientras decía: "-¡Gracias, Flor! ¡Eres increíble!". Desde ese día, Flor y Milena se convirtieron en los mejores amigos.

Juntos, exploraban el bosque, jugaban y compartían aventuras emocionantes. Un día, mientras caminaban por el bosque, encontraron un río lleno de basura y contaminación. Estaba muy sucio y los animales no podían beber su agua. Flor se entristeció al ver cómo el río estaba tan dañado.

Decidió que tenía que hacer algo al respecto. Se acercó al río y usó sus flores mágicas para purificar el agua. Las flores absorbieron toda la contaminación y dejaron el río limpio nuevamente.

Milena quedó asombrada por la magia de Flor y dijo: "-¡Eres una heroína del medio ambiente!"A partir de ese momento, Flor decidió usar sus poderes para ayudar a proteger la naturaleza.

Junto con Milena, comenzaron a enseñar a otros niños sobre la importancia de cuidar del planeta. Viajaron por todo el mundo plantando árboles, reagarrando basura y compartiendo su amor por la naturaleza con todos los que conocían.

La historia de Flor y Milena se extendió rápidamente y muchas personas comenzaron a seguir su ejemplo. El mundo se volvió más verde, limpio y feliz gracias a ellos.

Y así fue como un dinosaurio con flores en su espalda llamado Flor, junto con una niña llamada Milena, demostraron que cada uno tiene un poder especial para hacer del mundo un lugar mejor si trabajamos juntos. Fin

FIN.

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