Flora y la Aventura del Volcán Verde
Había una vez, en un planeta lejano llamado Eructonia, una poción mágica que tenía una peculiaridad: ¡hacía eructar a quienes la tomaban! Los habitantes de este extraño lugar se divertían mucho, pero había un pequeño problema. Justo en el centro de Eructonia se encontraba el volcán más grande y terrible de todos, un volcán enojado de color verde llamado Verdus, que cuando se irritaba, lanzaba humo y lava verde al cielo.
Un día, la abejita llamada Flora, conocida por su gentileza y su sentido del humor, decidió que era hora de hacer algo al respecto.
"¡Tengo que hablar con Verdus! ¡Tal vez solo está buscando atención!" - dijo Flora mientras revoloteaba con sus pequeñas alas brillantes al sol.
Cuando llegó al volcán, Flora se posó en una roca cercana y gritó:
"¡Hola, Verdus! ¿Por qué estás tan enojado?"
"¡No ves que todos se la pasan eructando en lugar de escucharme!" - respondió el volcán con una voz profunda y retumbante.
Flora se rió suavemente y dijo,
"Quizás ellos eructan porque tienen una poción divertida. Pero, ¿sabés? Podrías unirte a la diversión. ¿Qué tal si pruebas un poco de esa poción?"
"¡No! No quiero eructar como ellos. ¡Quiero que me tomen en serio!" - respondió el volcán, furioso.
Flora pensó un momento y tuvo una idea brillante,
"Tal vez si les demostrás que el eructar puede ser divertido, ellos empezarían a prestarte más atención. ¿Qué pensás?"
El volcán se quedó en silencio, y luego dijo,
"Quizás lo que decís tenga sentido... pero, ¿cómo lo hacemos?"
Flora le explicó que organizarían un gran festival en el que todos pudieran venir a eructar y, al mismo tiempo, escuchar al volcán contar su historia. Ella volaría de un lado a otro y mantendría a todos alegres con sus chistes.
Así fue como Verdus aceptó la idea y comenzó a preparar su mejor discurso. El día del festival, la abejita Flora voló rápidamente por todo Eructonia para invitar a todos.
"¡Vengan a la gran fiesta del eructo! Habrá sorpresas y un volcán que quiere hablar con ustedes!" - anunciaba Flora con entusiasmo.
Cuando llegó la multitud, Verdus se sintió un poco nervioso, pero Flora lo animó,
"¡Recordá, Verdus! ¡Divertite!" - y así, el volcán comenzó a contar su historia
"Soy Verdus, el volcán verde. Durante siglos he guardado los secretos de la tierra..."
Mientras hablaba, algunos que tomaban la poción comenzaron a eructar, y cada eructo provocaba risas y aplausos. Verdus, al ver que la gente se reía y disfrutaba, empezó a encontrar la diversión en la situación.
"¡Eructos también son parte de mí! ¡Soy un volcán Y también quiero divertirme!" - exclamó, dejando escapar una risa profunda y sorprendiendo a todos.
De repente, en medio de risas y eructos, ocurrió un fenómeno mágico: ¡empezó a llover hacia arriba! Todos miraron al cielo con admiración.
"¡Mirá! En el planeta al revés, llueve hacia arriba!" - gritó un niño mientras señalaba.
La lluvia subía y en lugar de mojar a todos, creaba arcos iris brillantes que iluminaban el cielo. Se daban cuenta de que en la naturaleza nada es convencional, y que así como en su planeta, todos tenían cosas únicas que ofrecer.
El festival terminó con todos riendo, disfrutando y celebrando la diversidad de sus peculiaridades. Verdus, ahora, se sentía querido y escuchado, y Flora sabía que lo había ayudado a ver el lado divertido de la vida.
"¿Ves? ¡La risa y la amistad son el mejor remedio para cualquier enojo!" - dijo Flora, sonriendo.
Desde ese día, Verdus aprendió a ser parte de la fiesta y Flora continuó haciendo de Eructonia un lugar alegre. Juntos, demostraron que incluso las situaciones más extrañas pueden llevar a grandes amistades y momentos inolvidables.
FIN.