Florencia Flor en la Fiesta de la Playa
Era un día soleado en la playa y Florencia Flor estaba emocionada por celebrar su cumpleaños rodeada de sus amigos. Todos estaban ansiosos por comenzar las actividades que habían preparado para el día.
-¡Feliz cumpleaños, Flo! -gritaron todos a coro mientras le entregaban regalos y abrazos. Florencia sonrió feliz al recibir los obsequios y les agradeció a cada uno de ellos. Luego, decidieron ir a explorar la playa y descubrieron un manantial de agua cristalina.
-¡Miren chicos, hay un manantial aquí! -exclamó Sol emocionada. -Sí, parece muy fresca. ¿Quién quiere probarla? -preguntó Luna. Todos se acercaron al manantial y bebieron del agua fresca que fluía sin cesar.
Era deliciosa y tenía un sabor especial que hacía que quisieran beber más. -Me encanta esta agua, es como si tuviera poderes mágicos -dijo Isa con una sonrisa radiante en su rostro. -¡Es verdad! Me siento lleno de energía después de tomarla -agregó Chino entusiasmado.
Después de saciar su sed con el agua del manantial, decidieron comer algo saludable para acompañarla. Fue entonces cuando Juana sacó una bolsa llena de zanahorias frescas recién cosechadas en su huerta familiar.
-Vamos chicos, comamos estas zanahorias ricas en vitaminas junto con el agua del manantial para mantenernos saludables -dijo Juana mientras repartía las zanahorias entre todos. Mientras comían, comenzaron a hablar sobre la importancia de llevar una alimentación saludable y hacer ejercicio para mantenerse en forma y tener una vida sana.
Todos estuvieron de acuerdo en que debían cuidar su cuerpo y mente para estar siempre felices y llenos de energía. De repente, Luna se dio cuenta de que el sol estaba empezando a ponerse.
Recordó que habían planeado ver la puesta del sol juntos desde la playa, así que rápidamente emprendieron el camino hacia allí. Cuando llegaron al lugar indicado, se sorprendieron al ver cómo el sol se iba escondiendo poco a poco detrás del horizonte.
Era un espectáculo maravilloso e impresionante que les dejaba sin palabras. -¡Qué hermoso! -exclamó Florencia con los ojos brillantes. -Sí, es increíblemente bello -dijo Franco admirado. Todos se quedaron mirando durante un rato más hasta que el sol desapareció completamente.
Fue entonces cuando comenzaron a cantar "Feliz cumpleaños" para Florencia mientras le entregaban su pastel de cumpleaños hecho por su mamá especialmente para ella. Florencia sopló las velas mientras pedía un deseo en silencio.
Sabía que había tenido uno de los mejores cumpleaños gracias a sus amigos y amigas, quienes le habían enseñado lo importante que era cuidar su cuerpo y mente para tener una vida saludable y feliz.
FIN.