Flores de Amistad



Había una vez en el bosque un zorro llamado Javier, una ardilla llamada Aixa y una perra llamada Shirley. Los tres eran grandes amigos y siempre se divertían juntos.

Un día, mientras exploraban el bosque, encontraron un árbol mágico que les habló. El árbol les dijo que tenían que superar tres pruebas para demostrar su valentía y amistad verdadera. La primera prueba consistía en encontrar una llave dorada escondida en la cueva del lobo feroz.

Javier, Aixa y Shirley decidieron trabajar en equipo para superarla. Se acercaron sigilosamente a la cueva del lobo y con mucho cuidado lograron encontrar la llave sin despertarlo. "¡Lo hicimos! ¡Superamos la primera prueba!"- exclamó emocionado Javier.

La segunda prueba era más complicada. Debían cruzar un río peligroso lleno de cocodrilos hambrientos. La ardilla propuso usar unas ramas como botes improvisados para atravesar el río sin ser devorados por los temibles reptiles.

Con paciencia y habilidad, los tres amigos lograron llegar al otro lado del río sano y salvo. "¡Vamos por buen camino! ¡Solo nos falta una prueba más!"- dijo Shirley animadamente. La última prueba fue la más difícil de todas.

Tenían que escalar una montaña muy alta donde vivía un águila gigante conocida por ser muy territorial y agresiva. Pero no podían rendirse ahora, así que siguieron adelante con determinación. Mientras escalaban, se enfrentaron a fuertes vientos e incluso algunos resbalones.

Pero se ayudaron mutuamente y nunca dejaron de animarse. Finalmente, alcanzaron la cima de la montaña donde encontraron una hermosa flor dorada. El árbol mágico apareció nuevamente y les explicó que esa flor tenía poderes curativos.

"Esta flor es muy valiosa y puede sanar cualquier enfermedad o herida, pero solo pueden usarla si están dispuestos a sacrificar algo por el bienestar del otro"- dijo el árbol.

Los tres amigos se miraron y sabían que uno de ellos debía dar un paso adelante para salvar a los demás. Javier, el zorro, decidió ofrecer su vida para que Aixa y Shirley pudieran vivir sin peligro.

Con lágrimas en los ojos, Javier tomó la flor dorada y se desvaneció en el aire mientras sus amigos observaban con tristeza. "Javier era un verdadero héroe. Siempre estaremos agradecidos por su sacrificio"- dijo Aixa con voz temblorosa. Shirley asintió con la cabeza y prometió cuidar siempre de Aixa en honor a Javier.

Y así, gracias al valiente acto de Javier, Aixa y Shirley siguieron siendo grandes amigos. Cada vez que veían una zorra jugando en el bosque recordaban al heroico zorro que había dado su vida por ellos.

La historia de Javier enseñó a todos los animales del bosque sobre el valor de la amistad verdadera y cómo estar dispuestos a sacrificarse por aquellos que amamos. Desde ese día, todos aprendieron a apreciar aún más los vínculos especiales entre ellos.

FIN.

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