Flores en armonía
Había una vez, en un hermoso jardín lleno de flores multicolores, una mariposa llamada Margarita y una abeja llamada Bernarda. Margarita y Bernarda eran las mejores amigas del mundo.
Pasaban sus días volando de flor en flor, recolectando néctar y compartiendo risas. Un día soleado, mientras estaban descansando sobre una hermosa margarita, surgió un malentendido entre ellas. Bernarda había estado trabajando muy duro para recolectar polen y producir miel para su colmena.
Estaba agotada y no pudo evitar quejarse con Margarita. "¡Estoy tan cansada! Recolecto polen todo el día mientras tú solo vuelas sin preocupaciones", dijo Bernarda con ceño fruncido. Margarita se sintió herida por las palabras de su amiga.
" ¡No es justo que digas eso! Yo también trabajo duro para mantenerme viva. "La discusión se intensificó rápidamente. Las palabras hirientes volaron de un lado a otro como abejas furiosas. Finalmente, decidieron separarse y seguir cada una por su lado.
Días pasaron sin que Margarita y Bernarda se hablaran o se vieran. El jardín perdió un poco de su brillo sin la alegría que solían traer estas dos amigas inseparables.
Una tarde soleada, Margarita estaba volando cerca del río cuando escuchó un zumbido familiar detrás de ella. Se dio la vuelta y vio a Bernarda acercándose lentamente. "Perdona por lo que dije", dijo Bernarda con tristeza en su voz.
"Me di cuenta de lo mucho que te extraño y de lo importante que eres para mí. "Los ojos de Margarita se llenaron de lágrimas. "Yo también te extrañé tanto, Bernarda. No hay mejor amistad que la nuestra.
¿Podemos dejar atrás nuestras diferencias y ser amigas otra vez?"Bernarda sonrió y extendió una pata hacia Margarita. "¡Por supuesto! La amistad es más fuerte que cualquier pelea. "Ambas amigas se abrazaron con alegría y prometieron nunca volver a pelearse.
Comprendieron que aunque tenían trabajos diferentes, cada uno era igualmente valioso y necesario. A partir de ese día, Margarita y Bernarda volvieron a ser inseparables. Juntas exploraban el jardín, compartían secretos y aprendían nuevas cosas sobre las flores y los insectos.
Su reconciliación inspiró a otros insectos del jardín a resolver sus problemas mediante el diálogo en lugar de la confrontación. Pronto reinó la armonía entre todos los habitantes del jardín.
La mariposa y la abeja demostraron que incluso las mejores amigas pueden tener desacuerdos, pero lo importante es aprender a escucharse mutuamente, valorarse por quienes son y nunca dudar del poder duradero de una verdadera amistad. Y así, Margarita y Bernarda vivieron felices para siempre en su hermoso jardín lleno de amor, risas e infinitas aventuras compartidas.
FIN.