Flores, Noche y un Perrito Llamado Estrella



En una pequeña y hermosa ciudad, había una jardinera llamada Clara, que todos los días cuidaba con dedicación sus flores en el parque central. Clara tenía una pasión especial por las flores nocturnas, aquellos hermosos capullos que solo se abrían bajo la luz de la luna.

Una noche clara y estrellada, mientras Clara arreglaba sus flores, un perro un tanto desaliñado apareció de entre los arbustos. Ladraba suavemente y parecía perdido.

"¡Hola, pequeño! ¿Estás perdido?" - dijo Clara, agachándose para ver al perro con más atención.

El perrito movió la cola y se acercó a ella.

"Voy a llamarte Estrella, ya que esta noche hay tantas en el cielo", - sonrió Clara, sintiendo que un nuevo amigo había llegado a su vida.

Estrella se acomodó a los pies de Clara mientras ella seguía organizando sus flores. La noche pasó y las estrellas parecían brillar más intensamente. Clara cuenta que nunca se había sentido tan acompañada mientras trabajaba.

Pero al día siguiente, Clara notó que algunas flores habían sido pisoteadas. Estaba preocupada, no podía entender por qué alguien haría eso.

"No quiero que nadie lastime a mis flores, Estrella", - le dijo a su nuevo amigo. "Tengo que averiguar lo que sucede aquí en el parque."

Determinado a ayudar, Estrella ladró y llevó a Clara a la parte más oscura del parque, donde había un grupo de niños jugando a la pelota cerca de las flores.

"¡Eh, chicos! ¿Por qué pisan las flores?" - preguntó Clara con determinación.

Los niños se dieron vuelta y uno de ellos, llamado Lucas, dijo:

"No lo hicimos a propósito, estábamos tratando de jugar, pero es muy difícil jugar aquí sin romper nada."

Clara se dio cuenta de que los niños no eran malintencionados, solo estaban buscando un lugar para divertirse.

"Chicos, entiendo que quieren jugar, pero este es un lugar especial para las flores. ¿Qué tal si buscamos un área adecuada para ustedes?" - sugirió Clara.

Los niños se miraron, pensativos. Y Lucas respondió:

"Podríamos jugar cerca de ese gran árbol, ahí hay más espacio. Gracias, Clara, por decirnos. No queríamos hacer daño."

Y así fue, Clara les mostró un espacio donde podían jugar sin dañar las flores. Pero quería hacer algo especial para que todos recordaran la importancia de cuidar la naturaleza.

"¿Qué les parece si organizamos un evento cada semana para cuidar el parque? Podemos plantar más flores y tener juegos", - propuso Clara.

A los niños les brillaron los ojos de emoción.

"¡Sí, eso sería genial!" - exclamó Lucas.

Desde entonces, cada semana, los niños, Clara y Estrella se reunían para plantar flores y limpiar el parque. Bajo la luz de la luna, Clara les contaba sobre cada tipo de flor que plantaban, mientras Estrella corría feliz entre todos, disfrutando de la compañía.

Una noche, después de un día largo de trabajo, una lluvia comenzó a caer suavemente sobre el parque, y los niños tuvieron que irse a casa. Clara sonrió al ver las flores brillar con el agua.

"Mirá, Estrella, gracias a esta lluvia estarán más hermosas para la próxima semana", - dijo Clara acariciando a su amigo.

Con el tiempo, el parque se convirtió en un lugar mágico. Niños y adultos disfrutaban del aroma de las flores, sabían que cada una era especial y que debían cuidarlas. Estrella se convirtió en el héroe del parque, siempre alerta y jugando con todos.

Y así, cada día, el parque florecía más, así como la amistad entre Clara, Estrella y los niños. Juntos, no solo cuidaron de las flores, sino que aprendieron a cuidar de su entorno y de la importancia de respetar la naturaleza, creando recuerdos que brillarían tanto como las estrellas en la noche.

Fin.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!