Forest Heroes


Había una vez un chico llamado Juanito, que era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras caminaba por el bosque cerca de su casa, se encontró con un ser muy peculiar: ¡un orejudo! El orejudo se llamaba Otto y tenía unas orejas enormes que sobresalían de su cabeza. A pesar de ser diferente a los demás, Otto era amable y simpático. Juanito decidió acercarse a él para hacerle preguntas sobre sus orejas.

"¡Hola Otto! ¿Por qué tienes esas orejas tan grandes?"- preguntó Juanito con curiosidad. "Hola Juanito. Mis orejas son grandes porque me ayudan a escuchar todos los sonidos del bosque.

Puedo oír el canto de los pájaros, el viento soplando entre los árboles e incluso puedo escuchar cuando alguien necesita ayuda"- respondió Otto con una gran sonrisa.

Juanito quedó impresionado por las habilidades auditivas de Otto y decidió pasar más tiempo con él para aprender más cosas interesantes del bosque. Mientras exploraban juntos el bosque, descubrieron un nido abandonado en lo alto de un árbol. Dentro había tres pajaritos pequeños y hambrientos que no podían volar todavía.

"¡Oh no! Estos pajaritos están solos y tienen hambre"- exclamó Juanito preocupado. Otto utilizó sus grandes orejas para escuchar si la mamá pájaro estaba cerca, pero no pudo oírla en ninguna parte. Entonces tuvo una idea brillante. "Juanito, podemos ayudar a estos pajaritos.

Tengo unas semillas mágicas en mi mochila que pueden crecer rápidamente y convertirse en árboles frutales. Si plantamos algunos aquí, los pajaritos tendrán comida y un hogar seguro"- propuso Otto emocionado.

Juanito y Otto comenzaron a plantar las semillas mágicas alrededor del nido de los pajaritos. En poco tiempo, los árboles dieron frutos deliciosos que alimentaron a los pequeños pajaritos. "¡Muchas gracias, Juanito y Otto! Ahora tenemos comida y un lugar para vivir gracias a ustedes"- cantaron los pajaritos felices.

Juanito se sintió muy orgulloso de haber ayudado a los animales del bosque junto a su nuevo amigo orejudo. Comprendió que todos tenemos habilidades especiales y únicas, como las grandes orejas de Otto, que podemos utilizar para hacer el bien en el mundo.

Desde ese día, Juanito visitaba regularmente el bosque con Otto para ayudar a otros animales necesitados. Juntos construyeron casitas para erizos, crearon bebederos para mariposas e incluso organizaron una fiesta sorpresa para celebrar el cumpleaños de un conejito triste.

La amistad entre Juanito y Otto demostró que la diversidad es algo hermoso y valioso. Cada uno tiene algo especial que puede contribuir al bienestar de todos.

Y así termina nuestra historia, recordándonos la importancia de ser amables con aquellos diferentes a nosotros y cómo juntos podemos hacer del mundo un lugar mejor. Fin.

Dirección del Cuentito copiada!