Francisco y el río renacido
sus amigos animales que vivían en el lugar. "¡Hola, amigos zorros! ¿Sabéis qué ha pasado con el río Chumba?", preguntó Francisco con curiosidad.
Los zorros se miraron entre ellos y uno de ellos, el más sabio de todos, se acercó a Francisco y le respondió:"Hola, Francisco. El río Chumba se ha quedado sin agua porque las montañas han bloqueado su camino. La laguna que ves aquí es un resultado de eso".
Francisco estaba sorprendido por esta explicación y decidió investigar más a fondo. Se dirigió hacia las imponentes montañas y subió hasta llegar a la cima. Desde allí, pudo ver claramente cómo las rocas obstruían el paso del agua.
"¡Vaya! No me había dado cuenta de esto antes", exclamó Francisco asombrado. Decidido a solucionar este problema, Francisco pensó en una idea brillante. Bajó corriendo de la montaña y fue a buscar herramientas para desbloquear el paso del agua.
Con mucho esfuerzo y determinación, logró mover algunas piedras lo suficiente como para permitir que el agua fluyera nuevamente. Cuando regresó al río Chumba, vio cómo el agua comenzaba a llenarlo lentamente.
Los peces volvieron a nadar felices y los pájaros cantaban melodías alegres mientras bebían del río. "¡Lo logramos!", gritó Francisco emocionado. Sus amigos zorros también celebraron junto a él. Estaban muy contentos de tener otra vez su querido río Chumba lleno de vida.
A partir de ese día, Francisco se convirtió en el guardián del río Chumba. Cuidaba de él y se aseguraba de que nunca más volviera a quedarse sin agua.
También les enseñó a los demás niños del pueblo sobre la importancia de cuidar los recursos naturales. "¡No debemos dar por sentado el agua que tenemos! Debemos protegerla y conservarla para que todos podamos disfrutarla", les decía Francisco con entusiasmo.
Con su ejemplo, Francisco inspiró a otros niños y adultos a tomar conciencia sobre la importancia del cuidado del medio ambiente. Juntos, trabajaron para mantener limpios los ríos, plantar árboles y preservar la belleza natural de su comunidad.
Desde aquel día, el río Chumba siempre estuvo lleno de vida gracias al esfuerzo y dedicación de Francisco y sus amigos. Y cada vez que jugaban en sus aguas cristalinas, recordaban la lección aprendida: "Cuando nos unimos para proteger lo que amamos, podemos lograr grandes cosas".
Y así fue como Francisco descubrió no solo la importancia del agua en nuestras vidas, sino también el poder que tiene una persona cuando decide hacer algo por el bienestar de todos.
FIN.