Francisco y la Piernita Lastimada



Había una vez un niño llamado Francisco, un niño muy travieso que siempre estaba buscando aventuras. Un día, mientras saltaba sobre su cama, Francisco perdió el equilibrio y cayó al suelo, lastimándose su piernita.

Francisco lloraba de dolor y sus padres corrieron a socorrerlo. "Tranquilo, Francisco, todo estará bien", dijo su mamá mientras lo levantaba con cuidado. Francisco fue llevado al médico, quien le dijo que necesitaría reposo y cuidados para sanar su piernita.

Al principio, Francisco se sentía triste y aburrido, no podía jugar ni correr, pero su mamá le recordaba que el reposo era importante para su recuperación. Con el tiempo, Francisco encontró nuevas formas de divertirse.

Su mamá le leía cuentos, dibujaban juntos y jugaban juegos de mesa. Pronto, Francisco se dio cuenta de que podía ser feliz incluso sin moverse tanto.

Después de unas semanas, la piernita de Francisco sanó por completo, y él volvió a corretear y saltar como siempre, pero ahora valoraba más el tiempo tranquilo y las pequeñas cosas. Desde ese día, Francisco aprendió que, a veces, las dificultades nos enseñan lecciones importantes sobre el valor de la paciencia y la alegría en los momentos tranquilos.

FIN.

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