Frankie, el bondadoso monstruo de Villa Esperanza



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde vivía un Frankenstein diferente a todos los demás.

A diferencia de la historia que todos conocen, este Frankenstein era hermoso y tenía un corazón tan grande como su apariencia. Frankie, como le decían cariñosamente en el pueblo, era amado por todos. Su piel verde brillante y sus ojos chispeantes eran motivo de admiración para los habitantes de Villa Esperanza.

La gente se maravillaba de su bondad y generosidad, siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesitara. Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, Frankie escuchó llantos provenientes de detrás de unos arbustos.

Se acercó con cuidado y descubrió a un pequeño conejito atrapado entre las ramas. Sin dudarlo ni un segundo, utilizó su fuerza para liberar al animalito y lo acunó con ternura hasta que se calmó. "¡Gracias, Frankie! ¡Eres el mejor!" - exclamó el conejito antes de salir corriendo.

La noticia sobre la valentía y amabilidad de Frankie se extendió rápidamente por todo el pueblo. Todos estaban orgullosos de tener a alguien tan especial entre ellos.

Sin embargo, no todo sería color de rosa para nuestro amigo Frankenstein. Una noche oscura y tormentosa, una banda de malhechores llegó al pueblo sembrando el caos y el miedo entre los habitantes. Saquearon las casas y asustaron a los niños.

Cuando parecía que nadie podría detenerlos, apareció Frankie frente a ellos con determinación en sus ojos. "¡Alto ahí! ¡No permitiré que lastimen a mi querido pueblo!" - gritó valientemente. Los malhechores se rieron al ver a Frankie plantándoles cara.

Pero pronto se dieron cuenta de que subestimaron al hermoso Frankenstein. Con movimientos ágiles y astucia, logró desarmarlos uno por uno sin hacerles daño alguno. Al final de esa noche fatídica, los malhechores fueron entregados a las autoridades gracias a la valentía de Frankie.

El pueblo entero lo aclamaba como un héroe y le mostraban su gratitud con abrazos y palabras cariñosas. Desde ese día en adelante, Frankie siguió siendo amado y respetado en Villa Esperanza por siempre jamás.

Y aunque tuviera una apariencia diferente a la del resto, demostró que lo más importante es tener un corazón noble y generoso para ganarse el cariño de los demás. Y colorín colorado, este cuento ha terminado, donde Frankenstein fue aceptadopor ser bueno y bondadoso.

FIN.

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