Frida, la perrita viajera
Había una vez una pareja muy especial, Sofía y Mateo, que se conocieron cuando tenían apenas 14 años. Desde ese momento, sus vidas se entrelazaron como los hilos de una hermosa manta. Pero como en toda historia, no todo fue perfecto. Un día, después de algunos años de estar juntos y vivir muchas aventuras, decidieron separarse durante unos meses.
Sofía, llena de sueños y anhelos, dijo: "Mateo, a veces siento que necesitamos un tiempo para encontrarnos". Mateo, con triste pero comprensivo corazón, respondió: "Entiendo, Sofi. Quizás sólo nos hace falta un poco de espacio".
Durante esos meses de separación, ambos se dieron cuenta de lo importante que era uno para el otro. Sofía se pasaba horas pensando en Mateo y su especial forma de bailar, y Mateo recordaba las risas que compartían al probar nuevos platos de comida.
Un día, mientras caminaba por el parque, Sofía vio algo que la llenó de alegría. Era un cachorrito de perrita abandonada. "Mateo, ven rápido, tengo que mostrarte algo", gritó al llamarlo. Cuando Mateo llegó, sus ojos brillaron al ver a la pequeña perrita con un collar que decía —"Frida" .
"Es perfecta para nosotros", dijo Mateo mientras acariciaba la cabecita de Frida. Y así fue como decidieron adoptar a Frida, la perrita que unió sus corazones nuevamente.
Con el tiempo, su amistad y amor se hizo más fuerte y decidieron mudarse juntos. Su casa estaba llena de risas, felpa y muchas aventuras. Un día, mientras exploraban nuevas recetas en la cocina, Sofía dijo: "Mateo, hoy deberíamos hacer nuestra famosa pizza de cuatro quesos".
"¡Sí! Y después vamos a bailar al ritmo de la música italiana", respondió Mateo con entusiasmo.
Pero no todo fue fácil. Un hecho inesperado ocurrió. Un gran huracán se acercaba a la ciudad. "¡Debemos prepararnos!", exclamó Mateo preocupado. Sofía, ahora con Frida a su lado, dijo: "No te preocupes, construiremos una fortaleza de almohadas y mantas para sentirnos seguros". Así lo hicieron.
Mientras estaban dentro de su fortaleza improvisada, Sofía sacó un juego de cartas. "Juguemos a un juego de preguntas”, sugirió. Y así, entre risas y recuerdos, volvieron a conectar. "¿Cuál es el lugar más emocionante al que te gustaría viajar?", preguntó Mateo.
"Me encantaría conocer Paris y bailar en la Torre Eiffel", dijo Sofía emocionada.
El huracán pasó, y aunque su casa tuvo algunos daños, su amor permaneció intacto. Decidieron hacer de este un nuevo comienzo. "Juntos, siempre somos más fuertes", dijo Mateo.
"Sí, ¡y tenemos a Frida para acompañarnos en cada aventura!", añadió Sofía sonriendo.
Con su nueva perrita, comenzaron a planear su primer viaje apuntando a Paris, la ciudad de los sueños. "Primero vamos a ahorrar, y así podremos probar la mejor comida de allí", dijo Mateo.
"Y después bailaremos en la Torre Eiffel. ¡Imagínate, Frida!", exclamó Sofía mientras acariciaba a su perrita.
Cada día que pasaba, trabajaban juntos para hacer realidad sus sueños. Sofía y Mateo aprendieron que el amor es un viaje lleno de altibajos, pero cuando se comparte con una buena amistad, todo lo que se enfrenta se vuelve más fácil. Frida, su fiel compañera, siempre estaba a su lado, llenándolos de risas y alegrías en cada paso del camino.
Y así, Sofía, Mateo y Frida vivieron muchas aventuras a lo largo de los años, siempre recordando que juntos son un gran equipo, listos para enfrentar cualquier cosa que la vida les presentara, y siempre con una sonrisa en el corazón y ritmo en los pies.
FIN.