From Bullying to Advocacy
Había una vez en la bulliciosa ciudad de Bogotá, una niña llamada Lucía. Vivía junto a sus padres, quienes eran vendedores ambulantes.
A pesar de las dificultades económicas que enfrentaban, ellos siempre tenían un sueño en mente: salir adelante, estudiar para mejorar y poder ayudar a sus padres. Lucía era una niña dulce y valiente, pero desafortunadamente su vida escolar no era tan maravillosa como ella deseaba.
Sus compañeros de clase se burlaban de ella por ser hija de vendedores ambulantes. La llamaban —"pobre" y le hacían sentir mal con sus palabras hirientes. Un día, mientras caminaba tristemente hacia el colegio, Lucía encontró a Marta, una amable señora que notó su tristeza y decidió acercarse.
- Hola pequeña ¿estás bien? Pareces muy triste - preguntó Marta con preocupación. Lucía levantó la cabeza y miró a Marta con los ojos llenos de lágrimas.
Decidió contarle sobre los problemas que tenía en el colegio y cómo se sentía ante el constante bullying. Marta escuchó atentamente cada palabra que Lucía decía. Luego le dijo:- Querida Lucía, no debes permitir que esas palabras te afecten. Eres valiosa y tienes mucho potencial dentro de ti.
No importa quiénes sean tus padres o cuál sea tu situación económica; lo importante es lo que tú quieres ser en la vida. Las palabras de Marta resonaron fuertemente en el corazón de Lucía.
Desde ese momento decidió que no permitiría que el bullying la detuviera. Comenzó a estudiar con más dedicación y a esforzarse por superar las dificultades. Con el tiempo, Lucía demostró ser una estudiante brillante. Sus notas mejoraron y su autoestima se fortaleció.
Ya no le importaba lo que sus compañeros decían de ella, porque sabía quién era realmente. Marta siempre estuvo ahí para apoyar a Lucía en su camino hacia el éxito. La alentaba constantemente y le recordaba cuánto valía.
Juntas, trabajaron duro para encontrar becas y oportunidades educativas para Lucía. Gracias al esfuerzo y determinación de Lucía, logró ingresar a una prestigiosa universidad en Bogotá. Allí estudió con pasión y se graduó como abogada.
Lucía nunca olvidó la ayuda incondicional de Marta durante esos momentos difíciles en su vida. Decidió convertirse en defensora de los derechos de los niños y luchar contra el bullying escolar.
Hoy en día, Lucía viaja por todo Colombia dando charlas inspiradoras a estudiantes sobre la importancia del respeto y la tolerancia. Su historia se ha convertido en un ejemplo de superación para muchos niños que enfrentan situaciones similares.
Y así, gracias a la amistad entre Lucía y Marta, esta historia nos enseña que no importa cuál sea nuestra situación económica o nuestras circunstancias familiares; todos tenemos el poder dentro de nosotros para luchar por nuestros sueños y salir adelante.
FIN.