Fuego, el dragón diferente



Había una vez un pequeño dragón llamado Fuego, quien vivía en un hermoso bosque lleno de vida y color.

Fuego era diferente a los demás dragones, ya que no tenía alas y su fuego era más débil que el de sus amigos. Un día, mientras jugaba con sus amigos, Fuego se lastimó la pata al caerse de un árbol. El dolor era insoportable y no podía caminar bien.

Los demás dragones se burlaron de él por ser diferente y débil. Fuego se sintió muy triste y solo. Decidió alejarse del bosque para buscar ayuda. Después de caminar durante horas, encontró una cueva donde vivía un sabio anciano.

"Hola joven dragón ¿Qué te trae por aquí?", preguntó el anciano. "Me lastimé la pata y necesito ayuda", respondió Fuego con lágrimas en los ojos.

El anciano examinó la pata del pequeño dragón y le dijo: "Tu lesión es grave pero puedes sanar si tienes paciencia". Le enseñó ejercicios para fortalecer su pata y le dio hierbas medicinales para aliviar el dolor. Fuego regresó al bosque decidido a recuperarse, pero sus amigos seguían burlándose de él por ser diferente.

A pesar del dolor físico y emocional que sentía, Fuego continuó haciendo sus ejercicios diarios con determinación. Un día, mientras practicaba sus ejercicios en solitario, escuchó unos gritos desesperados cerca del río.

Al acercarse vio a uno de sus amigos atrapado entre las ramas de un árbol que había caído al agua. Fuego no lo dudó y, a pesar de su pata lastimada, corrió hacia el río y con su fuego logró quemar las ramas que atrapaban a su amigo.

Los demás dragones se sorprendieron por la valentía y fuerza de Fuego. Se sintieron avergonzados por haberlo tratado mal antes y le pidieron disculpas. Desde ese día, Fuego fue aceptado por sus amigos tal como era, diferente pero valiente.

Fuego aprendió muchas cosas durante su experiencia dolorosa: la importancia de ser paciente, perseverante y valiente en momentos difíciles; también aprendió que ser diferente no es algo malo sino una oportunidad para destacarse en algo único.

A partir de entonces, Fuego se convirtió en uno de los mejores amigos del bosque gracias a su fortaleza interior. Y aunque nunca recuperó completamente la fuerza en su pata lastimada, siempre recordará el valor que tuvo cuando más lo necesitaba.

FIN.

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