Gabriela, la Niña que No Podía Hablar
En un pequeño pueblo de Argentina vivía Gabriela, una niña muy alegre y curiosa. A pesar de ser tan comunicativa a través de gestos y sonrisas, Gabriela no podía hablar debido a un problema en sus cuerdas vocales. A pesar de su dificultad, Gabriela encontraba formas creativas de comunicarse con los demás, como dibujar, bailar y utilizar la lengua de señas.
Un día, Gabriela estaba jugando en el parque cuando vio a un perrito perdido. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia él para consolarlo. Al ver esto, su amiga Sofía se acercó y le preguntó: "¿Por qué el perrito te siguió?" Gabriela señaló su corazón y le sonrió. Sofía entendió que Gabriela había demostrado compasión y cariño hacia el perrito, sin necesidad de usar palabras.
Más tarde, en la escuela, el maestro anunció que habría un concurso de talentos. Todos los niños estaban emocionados, pero Gabriela se sintió un poco triste, ya que pensaba que no podía participar por su dificultad para hablar. Sin embargo, su abuela le recordó que tenía muchos talentos, como dibujar y bailar, y que podría expresarse de muchas formas diferentes. Con el apoyo de su familia y amigos, Gabriela decidió participar en el concurso.
El día del concurso, Gabriela subió al escenario y, en lugar de hablar, realizó una hermosa danza que transmitía sus emociones y pensamientos. Al terminar, el público estalló en aplausos. El jurado quedó impresionado por la emotividad de su presentación y le otorgaron un premio especial por su valentía y creatividad. Desde ese día, Gabriela se sintió aún más segura de sí misma y entendió que, aunque no pudiera hablar, tenía el poder de comunicarse de formas extraordinarias.
Gabriela siguió creciendo, siempre encontrando nuevas formas de expresarse y comunicarse con el mundo, demostrando que la verdadera comunicación va más allá de las palabras. Su historia inspiró a muchos otros niños a buscar su propia forma única de expresión, recordándoles que todos tenemos talentos especiales que nos hacen únicos.
FIN.