Gael y el maravilloso mundo de las letras
En una pequeña ciudad, vivía un niño llamado Gael. A pesar de ser muy curioso y travieso, tenía dificultades para aprender a leer y escribir.
En la escuela, veía cómo sus compañeros leían cuentos y creaban historias, mientras él luchaba por reconocer incluso las letras más sencillas. Esto lo entristecía mucho, y en casa intentaba practicar, pero no lograba avanzar. Un día, desanimado, le confesó a su mamá: "No entiendo por qué es tan difícil, ¡me rindo!".
Su mamá, con cariño, le explicó que cada uno tiene su propio ritmo para aprender, y que lo importante era no rendirse. Además, le prometió que juntos buscarían la forma de hacerlo más divertido.
Con una sonrisa, Gael aceptó la ayuda de su mamá. A partir de entonces, convirtieron la lectura y escritura en un juego.
Usaron letras magnéticas para armar palabras en la heladera, inventaron rimas absurdas que los hacían reír a carcajadas, y buscaron libros sobre temas que realmente le interesaban a Gael. Poco a poco, Gael empezó a sentir menos presión y más diversión. Un día, mientras jugaba con las letras magnéticas, algo increíble sucedió: pudo formar su primer nombre completo. "¡Lo hice, mamá! ¡Lo hice!" gritó emocionado.
A partir de ese momento, su confianza creció, y se dedicó con entusiasmo a descubrir el maravilloso mundo de las letras. Descubrió que las palabras podían transportarlo a mundos imaginarios, llenos de aventuras y personajes increíbles.
Además, aprender a escribir le permitió plasmar sus propias ideas y emociones en el papel. Sus progresos le trajeron mucha felicidad, y comprendió que, aunque algo parezca difícil al principio, con paciencia, apoyo y un toque de diversión, todo es posible.
Finalmente, Gael se convirtió en un gran lector y escritor, continuando su viaje por el mágico universo de las letras.
FIN.