Gaspar, el burrito valiente
En un pequeño pueblo rodeado de verdes praderas y altas montañas, vivía Gaspar, un burrito muy simpático y divertido. A diferencia de los demás burritos, a Gaspar no le temía a nada ni a nadie.
Siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos y nunca perdía la sonrisa, por más difícil que fuera la situación. Un día, gaspar decidió aventurarse más allá de las montañas, a pesar de las advertencias de los demás animales del pueblo.
"Gaspar, ten cuidado, el camino es peligroso", le decía su amiga la vaca. "No te expongas al peligro, Gaspar", le aconsejaba el caballo. Pero Gaspar, con su carácter jovial, solo respondía: "No se preocupen amigos, yo soy valiente y fuerte, nada malo me sucederá".
Y así, Gaspar emprendió su viaje. Durante su travesía, Gaspar se encontró con varios desafíos, como un caudaloso río y un oscuro bosque. Sin embargo, con valentía y determinación, logró superar cada obstáculo.
Finalmente, llegó a un prado repleto de flores de colores brillantes. Allí conoció a otros animales que, al igual que él, habían decidido aventurarse más allá de las montañas. Compartieron sus historias y se hicieron buenos amigos.
Gaspar comprendió que la valentía no solo se trata de no temer a lo desconocido, sino también de ayudar a otros y hacer nuevos amigos.
De regreso a su pueblo, Gaspar contó todas sus aventuras y les dijo a sus amigos: "Ser valiente no significa no tener miedo, sino enfrentarlo para descubrir cosas maravillosas". Desde ese día, Gaspar se convirtió en un ejemplo para todos los animales del pueblo, quienes admiraban su valentía y su alegría.
Y así, Gaspar enseñó que la verdadera valentía está en el corazón de aquellos que están dispuestos a superar sus miedos y ayudar a los demás sin perder la sonrisa.
FIN.