Gastón aprende a comer bien
Había una vez un gusano llamado Gastón, que vivía en el jardín de una casa rodeado de manzanos y otras frutas deliciosas. Gastón era muy feliz comiendo siempre lo mismo, día tras día.
Pero un día, algo inesperado sucedió. Mientras se arrastraba por el jardín, Gastón vio algo diferente a lo que estaba acostumbrado: una bolsa de basura urbana. Al principio, tuvo miedo y no quería acercarse a ella.
Pero luego de unos minutos decidió probar qué había dentro. Al abrir la bolsa, Gastón encontró restos de comida podrida y otros desechos que nunca antes había visto. A pesar del olor desagradable, decidió probarlos.
Para su sorpresa, ¡le encantaron! Nunca antes había probado algo tan sabroso. A partir de ese momento, Gastón comenzó a comer cada vez más basura urbana en lugar de las frutas frescas del jardín.
Sus amigos los demás gusanos intentaban convencerlo para que volviera a sus antiguas costumbres pero él estaba empecinado en seguir explorando la basura urbana. Pero pronto descubrió las consecuencias negativas de su elección: su piel se tornó grisácea y enfermiza y ya no tenía tanta energía como solía tener antes.
Un día mientras comía desperdicios sintió un fuerte dolor abdominal que lo dejó inmovilizado durante horas sin poder moverse por el dolor. Fue entonces cuando recordó cómo era sentirse sano y fuerte al comer alimentos saludables como las manzanas frescas del jardín.
Gastón decidió que era tiempo de dejar atrás su nueva dieta y volver a sus antiguas costumbres. Con el tiempo, su piel recuperó su color natural y volvió a tener la energía que solía tener antes.
Desde ese día, Gastón aprendió una valiosa lección: es importante cuidar lo que comemos para mantenernos saludables y fuertes.
A partir de ahí, se convirtió en un defensor de la alimentación saludable y enseñaba a todos sus amigos gusanos sobre los peligros de comer basura urbana. Y así vivió feliz por siempre junto con sus amigos gusanos, disfrutando de las deliciosas manzanas frescas del jardín mientras compartían historias sobre sus aventuras en el mundo culinario.
"¡Qué bien te ves ahora Gastón! ¡Me alegra mucho que hayas vuelto a tus antiguas costumbres!"- dijo uno de sus amigos gusanos. "Sí, aprendí una gran lección. Nunca más voy a comer basura urbana. "- respondió Gastón con una sonrisa en su rostro.
Y así fue como Gastón se convirtió en un ejemplo para todos los habitantes del jardín sobre la importancia de llevar una vida saludable y equilibrada.
FIN.