Gatitas en busca de sueños


César y Margarita eran un matrimonio muy especial. Además de amarse mucho, también tenían dos gatitas llamadas Nefertiti (Titi) y Athenea. Estos mininos eran su alegría, pero César y Margarita soñaban con tener hijas humanas.

Un día, mientras jugaban con Titi y Athenea en el jardín, César tuvo una idea brillante.

Les dijo a las gatitas:- ¡Chicas! ¿Qué les parecería si les hiciéramos un regalo muy especial? Las gatitas movieron sus colas emocionadas sin entender bien qué estaba pasando. - Les vamos a dar la oportunidad de convertirse en niñas de verdad -continuó César-. Pero deben saber que esto solo será posible si realmente lo desean con todo su corazón.

Athenea y Titi se miraron entre sí, sorprendidas por estas palabras. Nunca antes habían escuchado algo así.

Margarita tomó la palabra:- Si ustedes están dispuestas a dejar de ser gatitas para convertirse en niñas humanas, tendrán que pasar por una gran aventura llena de pruebas y enseñanzas. ¿Están listas para eso? Las dos gatitas asintieron con entusiasmo. Estaban dispuestas a hacer cualquier cosa para cumplir su sueño. Así comenzó la maravillosa travesía de Athenea y Titi hacia su anhelado deseo.

El primer desafío fue aprender sobre la importancia del respeto hacia los demás seres vivos. A medida que avanzaban en su camino, encontraron diferentes animales: pájaros cantores, ardillas juguetonas y mariposas de colores.

Las gatitas comprendieron que cada ser tiene su propio lugar en el mundo y merece ser respetado. El segundo desafío fue aprender sobre la importancia de la amistad.

Athenea y Titi conocieron a otros animales que también tenían deseos especiales, como un conejito llamado Benito que soñaba con volar. Juntos, descubrieron que los amigos verdaderos son aquellos que te apoyan en tus sueños y te ayudan a alcanzarlos. El tercer desafío fue aprender sobre el amor incondicional.

Durante su travesía, las gatitas se encontraron con una perrita abandonada llamada Luna. A pesar de sus diferencias, Athenea y Titi decidieron ayudarla y protegerla.

Comprendieron que el amor no entiende de razas ni especies, sino que está basado en el cariño sincero hacia los demás. Finalmente, Athenea y Titi llegaron al último desafío: aprender a valorarse a sí mismas tal como eran. César y Margarita les explicaron lo hermosas e importantes que eran para ellos como gatitas.

Les recordaron lo mucho que las amaban sin importar su forma o apariencia física. Entonces, Athenea y Titi tomaron una importante decisión: prefirieron quedarse siendo gatitas felices junto a César y Margarita en vez de convertirse en niñas humanas.

- Nos encanta ser gatitas -maullaron al unísono-. Estamos muy agradecidas por todo lo aprendido en esta aventura maravillosa, pero preferimos quedarnos con ustedes. César y Margarita sonrieron y abrazaron a sus queridas gatitas.

Estaban orgullosos de ellas por haber tomado una decisión tan sabia. Desde ese día, Athenea y Titi siguieron siendo las adoradas gatitas de César y Margarita. Juntos disfrutaban de tardes de juegos, caricias y ronroneos felices.

Y así, esta historia nos enseña que el amor verdadero no tiene límites ni barreras. A veces, nuestros sueños pueden estar más cerca de lo que imaginamos. Lo importante es ser fieles a nosotros mismos y valorar aquello que nos hace felices en la vida.

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