Gato en el bosque


Hely y Oti eran dos amigos inseparables que vivían en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Cada día, caminaban juntos hacia la escuela mientras disfrutaban del paisaje y hablaban de sus sueños y planes para el futuro.

Un día, mientras caminaban por el bosque cerca de la escuela, Hely notó algo moviéndose entre los arbustos. Se acercó con curiosidad y vio a un pequeño gato gris que parecía perdido. - ¡Mira Oti! ¡Es un gatito! -exclamó Hely emocionado.

Oti se acercó para ver al gatito, quien maullaba suavemente y se frotaba contra las piernas de Hely. Los amigos rápidamente decidieron llevarlo a la escuela para preguntar si alguien lo había perdido.

Cuando llegaron a la escuela, hablaron con la directora quien les dijo que no había ningún reporte sobre un gato perdido. Entonces decidieron cuidarlo hasta encontrarle hogar. Los niños compartieron su almuerzo con el gatito y le dieron agua para beber.

Lo envolvieron en una manta cálida para mantenerlo cómodo durante todo el día escolar. Después de clases, Hely y Oti buscaron casas cercanas pero nadie parecía conocer al dueño del gato. Así que decidieron llevarlo a casa con ellos por esa noche.

El gato resultó ser muy juguetón e inquieto durante toda la noche. Saltaba sobre los muebles y corría sin parar por toda la casa haciendo ruido mientras ellos intentaban dormir.

A la mañana siguiente, Hely y Oti decidieron llevar al gato a la casa de un amigo que era veterinario. Allí descubrieron que el gatito no tenía dueño y que necesitaba una familia amorosa.

Hely y Oti rápidamente se ofrecieron como voluntarios para adoptarlo. Así pasaron muchos días juntos, aprendiendo a cuidar del gato y enseñándole a ser parte de su hogar. El pequeño gatito les enseñó muchas cosas sobre la responsabilidad y el amor por los animales.

Aprendieron a alimentarlo adecuadamente, limpiar su caja de arena, jugar con él y darle cariño cada día. Con el tiempo, Hely y Oti se dieron cuenta de lo importante que es tener una mascota en sus vidas.

Ellos sabían que siempre tendrían un amigo fiel en quien confiar. Desde entonces, los amigos paseaban hacia la escuela junto con su amado gato gris. Siempre recordando aquel día en el bosque cuando encontraron al pequeño animal perdido.

Y así fue como Hely y Oti aprendieron acerca del amor incondicional hacia los animales, la responsabilidad de cuidarlos adecuadamente e invitarlos a formar parte de sus familias para siempre.

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