Gato en la ciudad



Había una vez un gato llamado Tito que vivía felizmente en su casa con sus dueños, la familia Rodríguez. Un día, mientras jugaba en el jardín, Tito persiguió a una mariposa y terminó perdiéndose en la ciudad de Córdoba.

Desorientado y asustado, Tito comenzó a caminar sin rumbo fijo por las calles de la ciudad. Pasaron los días y nadie lo encontraba. Tito tenía hambre y sed, pero no sabía cómo conseguir comida ni agua.

Un día, mientras caminaba por el centro de la ciudad, se topó con un grupo de gatos callejeros que parecían estar disfrutando de un banquete. Se acercó tímidamente y les preguntó si podía unirse a ellos.

"¿Quién eres tú?", preguntó uno de los gatos callejeros. "Me llamo Tito y me he perdido", respondió el gato doméstico.

Los gatos callejeros aceptaron a Tito en su grupo y le enseñaron todo lo que necesitaba saber para sobrevivir en las calles: cómo buscar comida en los basureros, dónde encontrar refugio durante las noches frías e incluso algunos trucos para evitar a los perros callejeros que patrullaban por la zona. Con el tiempo, Tito aprendió mucho sobre la vida en las calles.

Sin embargo, nunca olvidaba su hogar ni dejaba de buscar una forma de volver con su familia Rodríguez.

Un día mientras buscaba algo para comer cerca del parque Sarmiento escuchó unas voces conocidas:"¡TITO! ¡TITO!" - gritaban los niños Rodríguez. Tito reconoció las voces de sus dueños y corrió hacia ellos maullando fuerte. Los niños lo abrazaron emocionados y lo llevaron de vuelta a casa. Desde ese día, Tito nunca volvió a perderse en la ciudad.

Aprendió que aunque la vida en las calles podía ser dura, siempre había esperanza y que su hogar estaba donde estaba su familia.

La familia Rodríguez aprendió una valiosa lección sobre el cuidado de sus mascotas y nunca más permitieron que Tito se alejara demasiado de casa. Juntos vivieron felices para siempre.

FIN.

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