Gato inteligente



Nahuel se levantó de su cama con una sonrisa en el rostro. Siempre le gustaba aprender cosas nuevas y hoy no sería la excepción. Se vistió rápidamente, tomó su mochila y salió corriendo hacia la puerta.

"¡Apúrate Nahuel! ¡Vas a llegar tarde a tus clases!" gritó su hermano desde la cocina. Nahuel se detuvo en seco y miró hacia atrás. "¿Mis clases? ¿Qué clases?" preguntó confundido.

"Las clases de programación que empezaste hace dos semanas, recuerda. Te dije que tenías que estar allí a las 9: 00 am", respondió su hermano mientras preparaba el desayuno. "Oh, cierto", dijo Nahuel mientras recordaba lo emocionado que estaba por aprender a programar computadoras. "Gracias por recordármelo".

Nahuel comió rápidamente y corrió hacia la parada del autobús. Cuando llegó al lugar donde debía tomarlo, notó algo extraño: el autobús nunca llegaba a esa hora.

Después de esperar unos minutos más, decidió caminar hasta su clase para no perderla completamente. Mientras caminaba por las calles de Buenos Aires, pensaba en cómo podía aprovechar mejor su tiempo para seguir aprendiendo cosas nuevas. De repente, escuchó un ruido detrás de él.

Se giró para ver qué era pero no había nada allí. Continuando con su camino, escuchó otro ruido detrás de él otra vez pero esta vez parecía más cerca.

Asustado pero curioso, Nahuel se dio vuelta rápidamente y encontró un pequeño gato gris detrás de él, maullando. "¿Qué haces aquí, pequeño?" preguntó Nahuel mientras se agachaba para acariciar al gato. "No deberías estar en la calle". El gato pareció entenderlo y comenzó a seguirlo.

Nahuel decidió llevarlo consigo hasta su clase de programación. Cuando llegaron, el instructor les informó que hoy aprenderían sobre inteligencia artificial. Nahuel estaba emocionado por lo que iba a aprender pero no sabía cómo podría aplicarlo en su vida diaria.

Mientras escuchaba atentamente las explicaciones del profesor, el gato subió a la mesa y comenzó a caminar sobre el teclado de la computadora. De repente, apareció un mensaje en la pantalla: "¡Hola! Soy un programa de inteligencia artificial creado por Nahuel".

Nahuel quedó sorprendido al ver lo que había hecho el gato sin querer. Ahora sabía cómo podía aplicar lo que aprendió hoy en sus proyectos futuros.

Al finalizar la clase, regresó a casa con una sonrisa en su rostro y el pequeño gato gris siguiéndolo fielmente. "Nunca sabes qué puedes aprender cuando estás abierto a nuevas experiencias", pensó Nahuel mientras entraba por la puerta principal junto con su amigo felino.

Desde ese día en adelante, siempre miraría más allá de lo obvio para encontrar oportunidades para aprender algo nuevo cada día y recordaría que incluso los amigos más inesperados pueden enseñarnos cosas valiosas.

FIN.

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