Gato y Ratón en el Bosque Alegre
Había una vez, en un hermoso bosque llamado Bosque Alegre, un gato llamado Leoncio. A diferencia de otros gatos, Leoncio era muy responsable. Siempre se aseguraba de que los pequeños animales del bosque estuvieran seguros y felices. Un día, mientras paseaba, se encontró con un ratón llamado Miguel, que tenía una gran idea.
"¡Hola, Leoncio! ¿Sabías que este bosque tiene un lugar especial donde los animales vienen a jugar?" - dijo Miguel emocionado.
"¿De verdad?" - respondió Leoncio con curiosidad.
"Sí, pero necesitamos construir un parque para que todos puedan disfrutarlo. ¿Nos ayudarías?" - preguntó Miguel.
Leoncio, entusiasmado por la idea de crear un lugar divertido para sus amigos, pensó un momento y decidió que su responsabilidad sería ayudar. Juntos comenzaron a reunir a todos los animales del bosque para que colaboraran. Conejos, aves, y hasta el anciano búho se unieron a la causa.
Después de un par de días, el equipo había recolectado ramas, hojas y flores para hacer el parque. Sin embargo, una nube oscura apareció y amenazó con arruinar su trabajo.
"¡Rápido, todos adentro!" - gritó Leoncio mientras protegía a Miguel con su cuerpo, haciéndolo sentir seguro.
Aunque se asustaron, Miguel tuvo una idea brillante.
"Podemos construir un refugio de paja y hojas. Así, podemos trabajar bajo la lluvia y seguir con nuestro proyecto. ¡Vamos!" - dijo el ratón, decidido.
Aunque Leoncio dudó al principio de la idea de Miguel, se dio cuenta de que la creatividad del ratón podía ser justo lo que necesitaban. Juntos, todos los animales se pusieron a trabajar y construyeron un refugio que los mantuvo secos y animados mientras la lluvia pasaba.
Cuando la lluvia cesó, el sol salió y el bosque se llenó de colores vibrantes. La comunidad había trabajado unida y el parque estaba casi terminado. Entonces, que comenzó una nueva aventura: decoraron el parque con flores y crearon juegos divertidos como un tobogán de barro, un laberinto de ramas y una zona de descanso con bellas flores.
Pero, cuando todo parecía perfecto, el parque sufrió un inesperado giro. La tormenta anterior había traído consigo un pequeño río que desbordó y comenzó a inundar parte del parque.
"¡Nos está arruinando nuestro esfuerzo!" - exclamó Miguel, triste.
"No podemos rendirnos, Miguel. Debemos pensar en una solución" - dijo Leoncio mientras miraba cómo el agua iba inundando el lugar que tanto habían trabajado.
Juntos, los animales comenzaron a idear. Al final, decidieron construir un dique con piedras y ramas alrededor del parque. Con mucha dedicación y trabajando todos juntos, lograron desviar el agua hacia el otro lado del parque.
"¡Lo logramos!" - gritaron todos al unísono, llenos de alegría.
Finalmente, el parque fue inaugurado con una gran fiesta. Todos los animales del Bosque Alegre se divirtieron y celebraron como nunca. Leoncio se sintió orgulloso, no solo por haber ayudado, sino por haber mostrado que trabajando juntos se pueden superar los problemas.
"Gracias, Leoncio, sin vos no lo hubiéramos logrado" - dijo Miguel abrazando a su nuevo amigo.
"Gracias a todos ustedes por su esfuerzo y creatividad. Este bosque es especial gracias a cada uno de nosotros" - respondió Leoncio, sonriendo.
Y así, el Bosque Alegre seguía siendo un lugar lleno de aventuras, amistad y alegría. Y todos aprendieron que ser responsables y trabajar en equipo siempre trae buenos resultados.
FIN.