Genaro y la Granja Encantada



Genaro estaba muy emocionado porque ese fin de semana su familia lo llevaría a visitar una granja. Desde que era chiquito, siempre había sentido curiosidad por los animales y ahora tendría la oportunidad de verlos de cerca.

Cuando llegaron a la granja, Genaro no podía contener su emoción al ver a las vacas, ovejas, caballos, conejos y cabras correteando por el campo. Se acercaron a un corral donde se encontraban las cabras y Genaro decidió darles de comer.

- ¡Miren mamá, papá! ¡Voy a alimentar a las cabritas! -exclamó Genaro emocionado. Genaro tomó un poco de pasto y comenzó a dárselo a las cabras, quienes se acercaron curiosas y empezaron a comer con gusto.

- ¡Qué lindas son estas cabritas! -dijo Genaro con una gran sonrisa en el rostro. Después de alimentar a las cabras, Genaro quiso visitar a las ovejas.

Cuando llegaron al corral de las ovejas, vio que estaban todas juntas y algunas tenían lana para ser esquiladas. - ¿Puedo ayudar en la esquila? -preguntó Genaro entusiasmado. - Claro hijo, pero debes tener cuidado con las tijeras -respondió su papá mientras le enseñaba cómo hacerlo correctamente.

Genaro siguió todas las indicaciones al pie de la letra y logró ayudar en la esquila sin lastimar a ninguna oveja. Estaba tan feliz de poder colaborar con los animales que no paraba de reírse.

Luego de visitar a todas las especies animales de la granja, Genaro se sentía lleno de alegría y aprendizaje. Había descubierto lo importante que era cuidar y respetar a los animales, así como también la satisfacción que se sentía al poder ayudarlos en sus necesidades básicas.

Al regresar a casa, Genaro no paraba de contarle a todos sus amigos sobre su increíble aventura en la granja. Les explicaba lo divertido que fue interactuar con cada uno de los animales y cómo aprendió tanto en tan solo un día.

Desde entonces, Genaro comenzó a interesarse aún más por el mundo animal y soñaba con tener su propia granja algún día para seguir cuidando y protegiendo a los seres vivos que tanto quería.

Y así fue como aquella visita familiar se convirtió en el comienzo de una hermosa pasión por la naturaleza que perduraría toda la vida.

FIN.

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