Gio y la lluvia mágica



Gio era un niño muy curioso y valiente, pero tenía un gran miedo que lo paralizaba: le temía a la lluvia. Cada vez que el cielo se nublaba y las primeras gotas caían, Gio se escondía bajo las sábanas de su cama, temblando de miedo. Su mamá, preocupada por su miedo, decidió ayudarlo a superarlo. Un día, mientras Gio miraba por la ventana cómo la lluvia caía con fuerza, su mamá lo llamó.

- ¿Qué pasa, mamá? - preguntó Gio con temor.

- Ven conmigo, tengo algo que mostrarte - dijo su mamá con una sonrisa misteriosa. Gio la siguió hasta el jardín, emocionado por descubrir qué tenía su mamá para él. En el jardín, su mamá le entregó un par de botas de agua y un impermeable brillante.

- Hoy vamos a dar un paseo bajo la lluvia, pero no te preocupes, tengo algo mágico que te ayudará - le dijo su mamá. Gio, un poco asustado, pero también emocionado por el misterio, se puso las botas y el impermeable. Salieron juntos al jardín y la lluvia los recibió con sus gotas frías. Pero en lugar de sentir miedo, algo mágico sucedió: las gotas de lluvia empezaron a brillar como pequeñas luces de colores. Gio estaba asombrado.

- Mamá, ¡las gotas de lluvia son mágicas! - exclamó Gio emocionado.

- Así es, Gio. La lluvia puede ser aterradora, pero también puede ser hermosa y mágica. Solo tienes que mirarla de otra forma - explicó su mamá. Desde ese día, cada vez que llovía, Gio y su mamá salían al jardín a bailar y jugar con las mágicas luces de colores que creaban las gotas de lluvia. El miedo de Gio se fue desvaneciendo poco a poco, reemplazado por la magia y la emoción de descubrir la belleza de la lluvia. Ahora, en lugar de esconderse, Gio esperaba con alegría la lluvia para salir a jugar en medio de la mágica danza de colores que solo él podía ver.

FIN.

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