Globo de aventuras



Había una vez una niña llamada Sofía, quien vivía en un pequeño pueblo de Argentina.

Un día, mientras se encontraba jugando en el parque con sus amigos, tropezó y cayó sobre un globo que la llevó volando hasta las nubes. Cuando logró recuperarse del susto, se dio cuenta de que estaba muy lejos de su hogar. Sofía no sabía dónde estaba ni cómo volver a casa. Se sentía asustada y sola en ese lugar desconocido.

Decidió caminar por los alrededores para ver si encontraba algún indicio de su ubicación. Después de mucho andar, llegó a un aeropuerto donde vio muchos aviones despegando y aterrizando. -¿Hola? -preguntó Sofía a una señora que pasaba por ahí-.

¿Podrías decirme en qué país estoy? -Claro, pequeña -respondió la mujer-. Estás en Brasil. Sofía quedó sorprendida al escuchar eso. Nunca había salido de su país y no sabía cómo iba a hacer para regresar allí.

Mientras tanto, la madre de Sofía comenzaba a preocuparse cuando vio que su hija no regresaba a casa después del juego con sus amigos. Empezaron a buscarla por todo el pueblo sin éxito alguno.

Por otro lado, Sofía seguía caminando por el aeropuerto cuando se topó con un joven llamado Pedro. -¿Necesitas ayuda? -le preguntó él amablemente. -Sí -respondió ella-. Me perdí y no sé cómo volver a mi casa en Argentina.

Pedro decidió ayudarla y juntos buscaron opciones para que Sofía pudiera regresar a su hogar. Descubrieron que el próximo vuelo hacia Argentina saldría en dos días, por lo que Pedro ofreció llevarla a su casa mientras tanto.

Sofía estaba un poco temerosa de aceptar la ayuda de un extraño, pero al ver la bondad y sinceridad en los ojos de Pedro, decidió confiar en él. Durante esos dos días, Sofía aprendió mucho sobre Brasil y su cultura gracias a Pedro.

También se dio cuenta de lo importante que es tener amigos y personas en las que se pueda confiar cuando uno necesita ayuda. Finalmente llegó el día del vuelo hacia Argentina y Sofía pudo regresar sana y salva a su hogar.

Su familia estaba muy feliz de verla de nuevo y le preguntaron cómo había llegado hasta Brasil. Sofía les contó toda la historia y les habló sobre Pedro, quien había sido su ángel guardián durante esos días difíciles.

A partir de ese momento, ella valoraba aún más la importancia del apoyo y amistad en momentos complicados. Desde entonces, Sofía nunca volvió a perderse ni alejarse demasiado de casa sin avisar antes.

Pero siempre recordaría con cariño esa aventura inesperada e inspiradora que le enseñó una valiosa lección para toda la vida.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!