Gol de Lautaro


Lautaro vivía en un barrio humilde de la provincia de Buenos Aires junto a su familia.

Siempre había sido un apasionado del fútbol y soñaba con ser futbolista profesional para poder ayudar económicamente a su familia y demostrarle a los chicos del barrio que todos los sueños son posibles de cumplir. Un día, mientras jugaba en la plaza del barrio, se acercó un hombre mayor que lo observó jugar durante un buen rato.

Al finalizar el partido, el hombre se presentó como entrenador de una escuela de fútbol y le preguntó si estaría interesado en probarse para el equipo. Lautaro no podía creerlo, era una oportunidad única para demostrar su talento y hacer realidad su sueño.

Así que decidió tomar la oportunidad y asistió a las pruebas para el equipo de fútbol. La competencia era fuerte, pero Lautaro no se dejó intimidar.

Con mucho esfuerzo y dedicación logró destacarse entre los demás participantes siendo seleccionado por el entrenador como jugador titular del equipo. Pero no todo fue fácil para Lautaro.

Durante uno de los partidos más importantes del torneo sufrió una lesión en la pierna izquierda que lo obligaría a abandonar el campo por varias semanas. Lautaro estaba desanimado ya que había trabajado muy duro para llegar hasta ahí y temía perder su lugar en el equipo mientras se recuperaba.

Pero sus amigos del barrio lo alentaron diciéndole: "No te preocupes Lauti, sabemos que eres un luchador y volverás aún más fuerte". Y así fue, Lautaro se recuperó y volvió al equipo con más fuerza que nunca.

En el último partido del torneo, Lautaro anotó el gol decisivo que les dio la victoria a su equipo. Al finalizar el partido, el entrenador se acercó a Lautaro y le dijo: "Eres un excelente jugador, tienes mucho talento y potencial. Si continúas trabajando duro podrías llegar muy lejos en tu carrera".

Lautaro estaba emocionado, había logrado demostrarle a todos los chicos del barrio que los sueños son posibles de cumplir si uno trabaja duro y no se rinde ante las adversidades.

Desde ese día, Lautaro continuó entrenando arduamente para mejorar sus habilidades en el fútbol. Y aunque no sabía lo que deparaba su futuro como futbolista profesional, estaba seguro de una cosa: seguiría luchando por su sueño hasta alcanzarlo.

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