Griezman, el pequeño campeón del parque

Griezman se despertó temprano y corrió al jardín para jugar con su balón de fútbol. Mientras jugaba, escuchó unos sonidos extraños provenientes del otro lado de la cerca.

Se acercó para ver qué era y encontró a un grupo de niños jugando en el parque cercano. Griezman estaba emocionado por encontrar nuevos amigos con quienes jugar al fútbol, así que decidió ir al parque. Cuando llegó allí, vio a los niños mayores jugando y se sintió intimidado.

Pero no dejó que eso lo detuviera: se acercó a ellos y les preguntó si podía unirse al juego. Los niños mayores lo miraron con desdén y le dijeron que era demasiado pequeño para jugar con ellos.

Griezman estaba triste pero no quería rendirse tan fácilmente. Decidió practicar más duro y demostrarles que era capaz de jugar como ellos.

Así que todos los días, después de la escuela, Griezman practicaba durante horas en su jardín, haciendo pases precisos con su balón de fútbol e imaginándose jugando en un estadio lleno de gente animándolo.

Un día, mientras volvía del parque después de ser rechazado nuevamente por los niños mayores, Griezman notó algo diferente: los mismos niños estaban teniendo problemas para ganarle a un equipo formado por otros chicos más jóvenes. Griezman decidió aprovechar la oportunidad: fue corriendo hacia el campo gritando "¡dejenme entrar! ¡yo puedo ayudarlos!" Los demás chicos aceptaron su oferta y comenzaron a jugar juntos.

Griezman se movía con rapidez y habilidad, haciendo pases precisos y anotando goles. Los niños mayores estaban impresionados por su talento y empezaron a aceptarlo como uno de ellos.

Desde ese día, Griezman se convirtió en el jugador más valioso del equipo, ganándose el respeto de todos los demás chicos. Aprendió que no importa cuán pequeño o joven seas, siempre puedes demostrar tu valía si trabajas duro y crees en ti mismo.

Con el tiempo, Griezman cumplió su sueño de convertirse en un gran futbolista como Messi. Pero nunca olvidó la lección que aprendió cuando era un niño: nunca rendirse ante las adversidades y siempre creer en uno mismo.