Guapo, el dinosaurio desobediente



En un frondoso bosque, vivía un dinosaurio llamado Guapo. Era un pequeño dinosaurio de colores brillantes y con una personalidad chispeante. Pero había algo que no le gustaba hacer: escuchar los consejos de su mamá, Dina, y de su papá, Dino.

"Guapo, no te acerques demasiado al río, hijo. ¡Puede ser peligroso!" - le decía su mamá con voz preocupada.

"¡Ay, mamá! Siempre dices lo mismo. ¡No pasa nada!" - respondía Guapo, mientras saltaba alegremente por el bosque.

Sus hermanos, que eran más obedientes, seguían los consejos de sus padres, pero Guapo se sentía muy valiente y libre. Un día, mientras exploraba una parte del bosque que nunca había visitado, se encontró con un río que brillaba bajo el sol.

"¡Miren qué lindo se ve el agua!" - exclamó, olvidando por completo las advertencias de su madre.

Se acercó pensando que podría refrescarse. Sin pensarlo dos veces, tomó un buen sorbo de agua.

En ese momento, sintió un extraño sabor en la boca. No era como el agua dulce de su casa.

"¿Qué le pasará a este agua?" - pensó Guapo, pero le dio igual. Estaba tan emocionado que no se preocupó.

Poco después, comenzó a sentirse extraño. Su pancita hacía ruidos raros y se sentía muy cansado.

"¿Qué me pasa?" - se preguntó mientras buscaba un lugar donde descansar.

Guapo se dejó caer sobre un blando lecho de hojas. En ese instante, se dio cuenta de que había hecho algo incorrecto. Miró a su alrededor y vio a su madre, Dina, viniendo a buscarlo.

"Guapo, ¿dónde estabas? ¡Te estaba buscando!" - gritó su mamá con preocupación.

Al ver a su mamá, Guapo sintió un peso en el estómago por haberla desobedecido.

"Lo siento, mamá. Fui tonto. Bebí agua de un río que no debía..." - confesó, con los ojos llenos de lágrimas.

Dina se acercó y lo abrazó.

"No te preocupes, hijo. Aprender a veces implica cometer errores. Pero debes entender que las advertencias están para protegerte. ¡Vamos a casa!" - dijo su mamá tiernamente mientras lo guiaba.

Cuando llegaron a casa, Dino, su papá, lo esperó con una mirada seria pero comprensiva.

"Guapo, las decisiones que tomamos tienen consecuencias. Escuchar los consejos de quienes nos quieren es importante. ¿Te sientes mejor ahora?" - le preguntó.

Guapo asintió, sintiendo una mezcla de vergüenza y sabiduría.

"Sí, papá. Comprendí que a veces puedo ser muy cabezón. Prometo ser más obediente a partir de ahora" - respondió con sinceridad.

Desde ese día, Guapo decidió escuchar más a sus padres. Aprendió que es importante ser valiente, pero también lo es cuidar de uno mismo. Sus hermanos, contentos por su cambio, se volvieron su apoyo en las aventuras. Juntos exploraron el bosque, siempre recordando las enseñanzas de mamá Dina y papá Dino.

Guapo entendió que desobedecer a veces puede traer problemas, y que escuchar a los que quieren protegernos es una de las mejores decisiones que podemos tomar. Y así, Guapo se convirtió no solo en un dinosaurio más sabio, sino también en un gran ejemplo para todos los demás dinosaurios del bosque.

FIN.

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