Guardian of the Jungle

Había una vez un pequeño elefantito llamado Simón. Simón vivía en la selva con su mamá y su papá. Todos los días, Simón y sus amigos jugaban juntos y se divertían mucho.

Un día, mientras exploraba la selva, Simón encontró un árbol muy alto y frondoso. Estaba tan emocionado que decidió trepar hasta la cima para ver qué había allí arriba. Subió uno a uno los grandes troncos del árbol, moviendo sus patitas con cuidado.

Cuando llegó a la cima del árbol, ¡se sorprendió mucho! Vio un nido con unos pajaritos recién nacidos. Eran tan pequeños y lindos que Simón no podía apartar la mirada de ellos. De repente, escuchó un ruido detrás de él.

Era mamá elefanta que había subido al árbol para buscar a su hijo. Mamá elefanta le dijo: "Simón, es importante recordar ser respetuoso con todos los seres vivos de la naturaleza".

Simón se sintió avergonzado por haber subido al árbol sin permiso y asustar a los pajaritos. Bajaron juntos del árbol y Simón prometió nunca más hacer algo así sin preguntar primero.

A medida que caminaban por la selva de regreso a casa, mamá elefanta señalaba diferentes animales y plantas explicándole a Simón cómo debemos cuidarlos y protegerlos. Le enseñó que cada criatura tiene una función especial en el ecosistema.

Desde ese día, Simón aprendió a ser amable y respetuoso con todos los seres vivos de la selva. Ayudaba a sus amigos animales cuando lo necesitaban, compartía su comida y siempre trataba de hacer sonreír a los demás. Con el tiempo, Simón se convirtió en un elefante muy querido por todos en la selva.

Su bondad y respeto hacia la naturaleza inspiraron a otros animales a seguir su ejemplo. Y así, Simón aprendió que cuidar de nuestro planeta y todas las criaturas que viven en él es algo muy importante.

Desde entonces, se convirtió en el protector de la selva y enseñó a otros niños elefantes cómo ser amables con todo lo que nos rodea. Y colorín colorado, este cuento ha terminado.

¡Recuerda siempre ser amable con todos los seres vivos!