Guardianas de la Imaginación

Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, una niña llamada Emma a quien le encantaba leer.

Desde muy pequeña, Emma encontraba en los libros un mundo mágico donde podía sumergirse y vivir mil aventuras sin moverse de su habitación. Sin embargo, sus padres no compartían el mismo entusiasmo por la lectura. Un día, mientras Emma estaba leyendo un libro debajo de un árbol en el parque del pueblo, su amiga Lola se acercó preocupada.

"Emma, ¿por qué estás tan triste?" -preguntó Lola con curiosidad. "Es que mis papás no me dejan leer tanto como yo quisiera. Piensan que es una pérdida de tiempo y que debería dedicarme a otras cosas más "útiles".

" -respondió Emma con tristeza en los ojos.

Lola se puso a pensar y luego dijo: "¡Tengo una idea! ¿Qué tal si organizamos un plan para mostrarles a tus papás lo maravilloso que es la lectura?"Los ojos de Emma se iluminaron ante la propuesta de su amiga y juntas comenzaron a idear un plan.

Decidieron preparar una obra de teatro basada en uno de los libros favoritos de Emma y representarla frente a todos los vecinos del pueblo, incluidos sus padres. La noticia sobre la obra se corrió rápidamente por Villa Alegre y el día del espectáculo llegó. Todos estaban ansiosos por ver qué tenían preparado las dos amigas.

Con nerviosismo pero determinación, Emma y Lola subieron al escenario improvisado en la plaza principal del pueblo. La obra fue todo un éxito. Los vecinos aplaudieron emocionados al ver cómo Emma y Lola transmitían con pasión cada palabra escrita en el libro.

Al finalizar la función, los padres de Emma se acercaron visiblemente emocionados. "¡Hija, no sabíamos lo talentosa que eres! Estamos orgullosos de ti", dijo su mamá con lágrimas en los ojos. "Nos equivocamos al subestimar tu amor por la lectura.

Vemos ahora lo importante que es para ti y cómo puede inspirarte", agregó su papá con una sonrisa sincera.

Desde ese día, los padres de Emma apoyaron su pasión por la lectura e incluso crearon juntos un rincón especial en casa lleno de libros diversos para que pudiera seguir explorando nuevos mundos literarios cada día.

Y así, gracias al ingenio y determinación de Emma junto a su amiga Lola, lograron demostrarle a todos en Villa Alegre el valor incalculable que tiene sumergirse en las páginas de un buen libro.