Guardianas del Bosque



Había una vez una niña llamada Lulu, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos paisajes. Lulu era muy feliz porque tenía dos perritas adorables: Tundra, una husky siberiana llena de energía, y Dulce, una tierna chihuahua.

Lulu tenía una amiga llamada Helé, quien también tenía una perrita llamada Miel. Juntas solían pasar tardes divertidas jugando con sus mascotas en el parque del pueblo.

Un día, mientras paseaban por el bosque cercano al pueblo, las cuatro amigas notaron algo extraño. Había muchos árboles caídos bloqueando el camino y los animales se veían asustados. Al acercarse más, descubrieron que había habido un fuerte temporal que había dejado todo desordenado.

"-¡Ay no! ¿Qué vamos a hacer ahora?", exclamó Lulu preocupada. "-No te preocupes", respondió Helé con calma. "Podemos ayudar a limpiar este lugar y devolverle la tranquilidad a los animales". Las chicas comenzaron a reagarrar ramas y troncos para despejar el camino.

Las perritas también ayudaron llevando pequeños palitos en su boca. Mientras trabajaban juntas, Lulu tuvo una idea brillante. "-¿Y si plantamos nuevos árboles aquí? Así podrán crecer grandes y fuertes como los anteriores".

Helé sonrió emocionada con la idea y todas comenzaron a buscar semillas en el bosque para plantarlas cuidadosamente en la tierra fértil. Pasaron varias semanas regando las semillas todos los días y, poco a poco, los pequeños brotes comenzaron a asomar.

Las perritas también colaboraban con su amor y energía, saltando y jugando alrededor de los árboles. Un día, cuando las niñas fueron a visitar el lugar donde habían plantado los árboles, se sorprendieron gratamente.

Los pequeños brotes habían crecido enormemente y ya eran hermosos árboles que daban sombra y alegría al bosque. "-¡Lo logramos!", exclamó Lulu emocionada. "-Gracias a nuestra ayuda, este lugar ha vuelto a ser un hogar para todos los animales". Helé agregó: "-Nunca subestimes el poder de la ayuda desinteresada.

Todos podemos hacer una diferencia si nos unimos". Desde ese día, Lulu y Helé se convirtieron en verdaderas defensoras del medio ambiente. Organizaban campañas para reagarrar basura en el pueblo y promovían la importancia de cuidar la naturaleza.

Además, las cuatro amigas continuaron disfrutando de sus tardes juntas junto a sus fieles compañeras peludas: Tundra, Dulce y Miel. Esta historia nos enseña que siempre podemos marcar la diferencia si trabajamos juntos por una causa justa.

Cuidar nuestro entorno es responsabilidad de todos y cada uno puede contribuir desde su propio lugar. Así como Lulu, Helé y sus perritas ayudaron a devolverle la belleza al bosque, nosotros también podemos hacerlo con nuestro mundo.

FIN.

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