Guardianes de Galería
Había una vez, en un hermoso lugar llamado Galería, una pequeña tortuga mora llamada Tita. Tita vivía felizmente en su hogar, rodeada de árboles y flores, pero poco a poco se dio cuenta de que algo estaba cambiando.
Un día, mientras caminaba por la rambla de Galería, Tita se encontró con un niño llamado Lucas.
Lucas era curioso y amante de los animales, así que cuando vio a Tita no pudo evitar reagarrarla y llevarla a su casa para cuidarla. Cuando llegaron a la casa de Lucas, Tita le miró con sus ojos tristes y comenzó a contarle sobre las dificultades que enfrentaban las tortugas moras en el mundo.
Le explicó cómo la contaminación del aire y del agua estaba afectando su hábitat natural y cómo cada vez había menos tortugas como ella. "Lucas, muchas tortugas moras están desapareciendo porque los humanos arrojan basura al mar y contaminan nuestros ríos.
Además, talan muchos árboles donde vivimos", dijo Tita con voz entrecortada. Lucas escuchó atentamente las palabras de Tita y sintió mucha tristeza por lo que estaba ocurriendo. Decidió hacer algo al respecto para ayudar a su nueva amiga y proteger el medio ambiente.
Al día siguiente, Lucas llevó a Tita nuevamente hacia la rambla de Galería. Pero esta vez no solo la devolvería a su hogar sino también harían algo más juntos para cuidarlo.
—"Tita" , dijo Lucas emocionado "Vamos a limpiar este lugar lleno de basura y plantaremos árboles para que vuelva a ser hermoso". Tita sonrió con alegría al ver el entusiasmo de Lucas. Juntos, comenzaron a reagarrar toda la basura que encontraban en la rambla.
Botellas de plástico, latas y papeles volaron hacia una bolsa grande. "Lucas, ¡estoy tan feliz de tener tu ayuda! Si todos los niños hicieran esto, nuestro hogar estaría limpio y seguro", exclamó Tita mientras movía sus patitas con energía.
Después de varias horas de trabajo duro, la rambla estaba libre de basura. Pero Lucas quería hacer aún más por el medio ambiente. "Tita, ahora vamos a plantar árboles para reemplazar aquellos que fueron talados", dijo Lucas emocionado.
Juntos buscaron semillas y plantones en un vivero cercano. Con cuidado, cavaron hoyos en el suelo y colocaron las pequeñas plantas dentro. Luego las cubrieron con tierra y les dieron agua para que crecieran fuertes y sanas.
A medida que pasaba el tiempo, los árboles comenzaron a crecer y florecer en la rambla de Galería gracias al amoroso cuidado de Tita y Lucas. Los animales regresaban poco a poco al lugar, sintiéndose seguros nuevamente.
La historia inspiradora del niño valiente se difundió rápidamente por toda Galería. Otros niños se unieron a él para limpiar su ciudad y proteger el medio ambiente. Poco a poco, Galería se convirtió en un lugar lleno de vida nuevamente.
Tita vivió felizmente en su hogar restaurado, rodeada de árboles y flores. Siempre recordaría a Lucas como su gran amigo y héroe, quien con su valentía y amor por la naturaleza había ayudado a salvar no solo a Tita sino también al medio ambiente.
Y así, gracias a la amistad entre una pequeña tortuga mora y un niño llamado Lucas, Galería se convirtió en un lugar donde los animales vivían en armonía con el entorno natural y todos aprendieron la importancia de cuidar nuestro planeta.
FIN.