Guardianes de la Naturaleza



Había una vez una escuela llamada "Escuela del Bosque", ubicada en un hermoso rincón de la ciudad. Los niños solían disfrutar de sus días allí, aprendiendo y jugando rodeados de naturaleza.

Sin embargo, algo muy triste sucedió: la escuela se volvió tan contaminada que ya no se podía disfrutar de ella. El problema comenzó cuando una fábrica cercana comenzó a arrojar desechos tóxicos al aire y al agua.

Poco a poco, el aire se volvió irrespirable y los árboles se marchitaron. El agua del río que pasaba cerca estaba llena de sustancias peligrosas y los animales comenzaron a enfermar. Los niños llegaban cada día a la escuela con mascarillas para protegerse del aire contaminado.

Los patios estaban llenos de basura y no había flores ni plantas en ningún lugar. Las risas y juegos habían desaparecido por completo.

Un día, llegó un nuevo director a la Escuela del Bosque: el señor Tomás, quien era conocido por su amor por la naturaleza y su compromiso con el medio ambiente. Al ver el estado lamentable en que se encontraba la escuela, decidió tomar cartas en el asunto.

Reunió a todos los niños en el patio y les dijo: "¡Queridos alumnos! Estoy aquí para decirles que juntos podemos hacer un cambio en nuestra querida Escuela del Bosque". Los niños lo miraron con curiosidad e interés. El señor Tomás tenía un plan brillante.

Decidió organizar una campaña para limpiar la escuela y restaurarla a su antigua belleza. Pero no solo eso, también quería encontrar una solución para detener la contaminación de la fábrica cercana. Los niños se emocionaron y comenzaron a trabajar juntos.

Se pusieron sus guantes y recogieron toda la basura del patio, separándola en diferentes contenedores para reciclaje. Luego, plantaron semillas en pequeños maceteros y los cuidaron con esmero.

Mientras tanto, el señor Tomás se reunió con los padres de los niños y les explicó la situación. Juntos, idearon un plan para presionar a las autoridades locales y exigir que se tomaran medidas contra la fábrica contaminante. Los días pasaban y poco a poco la escuela comenzaba a cambiar.

Los árboles volvían a florecer y el aire comenzaba a oler fresco nuevamente. Los niños estaban felices al ver los resultados de su arduo trabajo. Finalmente, llegó el día de presentar todos sus logros ante las autoridades locales.

Los padres acompañaron a los niños mientras daban un discurso sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y cómo habían transformado su escuela.

Las autoridades quedaron impresionadas por el trabajo realizado por los niños y decidieron cerrar definitivamente la fábrica contaminante. Además, prometieron implementar políticas más estrictas para proteger el medio ambiente en toda la ciudad. La Escuela del Bosque volvió a ser un lugar lleno de alegría y aprendizaje.

Los niños disfrutaban cada día jugando entre árboles frondosos, respirando aire puro y aprendiendo sobre cómo cuidar nuestro hermoso planeta. Y así, gracias al esfuerzo y la determinación de los niños, la Escuela del Bosque se convirtió en un ejemplo para todas las escuelas de la ciudad.

Demostraron que juntos podemos hacer grandes cambios y proteger el lugar donde vivimos. Desde aquel día, cada año se celebra en la Escuela del Bosque una gran fiesta en honor a la naturaleza.

Los niños aprendieron una valiosa lección: que no importa cuán pequeños sean, siempre pueden marcar la diferencia si luchan por lo que creen.

FIN.

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