Guardianes de los Sueños



En un pequeño pueblo llamado Sonrisas, los niños desde muy temprana edad tenían grandes sueños. Algunos querían ser astronautas, otros bailarines, médicos o chefs. Cada vez que un niño expresaba su deseo, un AWOP, un pequeño eufórico ser de colores, nacía junto a él. Los AWOPS eran divertidos, llenos de energía y siempre buscaban nuevas aventuras.

Un día, un niño llamado Tomás, que soñaba con ser un gran pintor, conoció a su AWOP llamado Pinta. Pinta era un ser lleno de colores vibrantes y siempre llevaba su pincel mágico.

"¡Hola Tomás! ¿Listo para pintar algo genial hoy?" dijo Pinta con una sonrisa.

"Sí! Pero a veces siento que no soy lo suficientemente bueno. Quizás debería hacer otra cosa..." contestó Tomás, un poco desanimado.

Pinta lo miró con preocupación. "No, Tomás. Tus sueños son importantes. Sin ellos, los AWOPS también se desvanecen. ¡Vamos a crear algo hermoso!"

Y así, Tomás y Pinta comenzaron a pintar un mural en el patio de su escuela, un mural de esperanza y diversión. Pero poco a poco, los días pasaron y Tomás se ocupó con las tareas escolares, otros intereses, y empezó a olvidarse de su pasión por la pintura. Pinta comenzó a perder su color y energía.

"Tomás, necesito que vuelvas a creer en tus sueños. Sin tu pasión, yo podría desaparecer..." dijo Pinta preocupándose.

"Lo sé, pero a veces es difícil. Hay tantas otras cosas que hacer y a veces me siento cansado".

Un día, durante el recreo, los amigos de Tomás encontraron el mural y comenzaron a admirarlo. Uno de ellos, Carla, dijo:

"¡Es hermoso! ¿Lo pintaste vos?"

"Sí, pero no sé si debería seguir pintando, ahora pienso en otras cosas que también me interesan".

Carla sonrió y contestó "No hay problema si te gustan otras cosas, pero no dejes que tus sueños se vayan. ¡Podemos pintar juntos!"

Al escuchar esto, Pinta se iluminó de nuevo. "¡Sí, Tomás! Si compartes tu pasión con otros, tu sueño puede crecer aún más!"

Tomás comenzó a organizar un taller de pintura en la escuela, y gradualmente, más niños se unieron, trayendo sus propios sueños y AWOPS.

Mientras más niños participaban, Pinta recuperaba su color y energía a pasos agigantados. Juntos, los AWOPS de todos los niños se unieron en una gran fiesta de colores.

Pinta exclamó, "¡Miren qué increíble! ¡Ustedes están haciendo que nuestros sueños tomen vida!"

Un día, mientras pintaban todos juntos, el director de la escuela se acercó y les dijo:

"Este mural será parte de la historia de nuestra escuela. ¡Gran trabajo, chicos!"

Esa frase resonó en Tomás, y se dio cuenta de que sus sueños eran más importantes de lo que había pensado. "Sé que quiero seguir pintando, y lo haré mientras reciba apoyo de mis amigos. Mis sueños no son sólo míos, son de todos los que quieren hacerlos realidad."

A través del arte, Tomás y sus amigos aprendieron que los sueños nunca deben olvidarse. Los AWOPS continuaron creciendo en colores brillantes, cada vez más fuertes, y Tomás también descubrió que si algún día se sentía un poco perdido, siempre podía recurrir a su AWOP para que lo recordara.

Con el tiempo, los AWOPS de Sonrisas se convirtieron en embajadores de los sueños, ayudando a cada niño a recordar la importancia de sus deseos y cómo compartirlos con el mundo.

Así, Tomás, junto a Pinta y muchos otros niños, descubrieron que seguir sus sueños no solo era su propio viaje, sino que, al compartirlo, había magia para todos. Y en Sonrisas, los colores nunca dejaron de brillar.

FIN.

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