Guardianes del jardín


Había una vez un hermoso jardín donde vivían el árbol de limón, el picaflor, la higuera y el árbol de farolito. En ese mismo lugar también vivía Riki, un perrito de estatura mediana con pelaje color marrón.

Riki era muy juguetón y siempre estaba lleno de energía. Le encantaba correr por todo el jardín y jugar con las mariposas que revoloteaban a su alrededor. Pero a pesar de ser tan travieso, Riki también era un gran guardián.

Siempre se aseguraba de proteger a sus amigos del jardín. Un día, mientras Riki correteaba por el jardín, vio que algo extraño ocurría cerca del árbol de limón.

Se acercó corriendo y descubrió que algunos niños habían dejado caer basura en la base del árbol. "¡Oh no! Esto no puede estar pasando", dijo Riki preocupado. Riki decidió buscar ayuda para solucionar este problema, así que fue a contarle lo sucedido al picaflor.

El picaflor, siendo un ave muy inteligente y observadora, propuso una idea brillante: utilizar las ramas del árbol de farolito como luces para iluminar la zona donde los niños tiraban basura. "Así podrán ver claramente dónde deben depositarla", explicó el picaflor entusiasmado.

Los amigos fueron rápidamente a hablar con el árbol de farolito y le contaron sobre su plan. El amable árbol aceptó ayudarlos sin dudarlo. Con sus ramas llenas de pequeñas luces, iluminó el espacio alrededor del árbol de limón.

Los niños, sorprendidos por la belleza y originalidad del árbol de farolito, se acercaron a preguntar qué estaba pasando. Riki les explicó que esa área no era un lugar para tirar basura y les mostró un cesto especialmente colocado para ello.

"Debemos cuidar y respetar nuestro jardín", dijo Riki con firmeza. Los niños entendieron el mensaje y prometieron no volver a ensuciar más el jardín. Desde ese día, aprendieron a ser más conscientes sobre cómo cuidar su entorno natural.

El árbol de limón, el picaflor, la higuera, el árbol de farolito y Riki se convirtieron en los guardianes del jardín. Juntos trabajaban para mantenerlo limpio y seguro.

Con el paso del tiempo, los amigos descubrieron que cada uno tenía una habilidad especial que podía utilizar para ayudarse mutuamente.

El picaflor se encargaba de polinizar las flores de la higuera; la higuera proveía sombra fresca en los días calurosos; el árbol de farolito iluminaba las noches oscuras; y Riki vigilaba incansablemente cualquier peligro que pudiera acechar al jardín. Gracias a su trabajo en equipo y compromiso con la naturaleza, lograron convertir aquel pequeño rincón en un hermoso lugar donde todos podían disfrutar.

Los vecinos comenzaron a visitarlo con frecuencia para relajarse bajo la sombra de la higuera, admirar el vuelo del picaflor y dejarse encantar por las luces del árbol de farolito.

Así, este grupo de amigos demostró que con amor, amistad y cuidado por el medio ambiente se pueden lograr grandes cosas. El jardín se convirtió en un ejemplo para todos y enseñó a las personas la importancia de respetar y proteger la naturaleza que nos rodea.

Y así fue como el arbol de limon, el picaflor, la higuera, el arbol de farolito y Riki vivieron felices ayudándose mutuamente y cuidando su amado jardín.

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