Guardianes Verdes


Yo era un niño curioso y aventurero, siempre en busca de nuevas experiencias. Un día mientras caminaba por el parque, me encontré con Leticia, una niña tímida pero muy inteligente que estaba sentada en un banco leyendo un libro.

Nos miramos fijamente por unos segundos y luego decidí acercarme a ella para saludarla. - ¡Hola! ¿Qué estás leyendo? -le pregunté con entusiasmo. Leticia levantó la vista sorprendida y me mostró el libro que estaba leyendo sobre animales exóticos.

Empezamos a hablar sobre nuestros libros favoritos y descubrimos que compartíamos el amor por la lectura y la naturaleza. Decidimos explorar juntos el parque en busca de animales interesantes para observar.

Mientras caminábamos, Leticia me contó todo lo que sabía sobre las diferentes especies de aves que habitaban el lugar, mientras yo le enseñaba cómo identificar huellas de animales en el suelo. De repente, escuchamos un ruido proveniente del bosque cercano.

Nos acercamos con cautela y descubrimos a un pajarito herido que no podía volar. Sin dudarlo, decidimos ayudarlo llevándolo a un refugio de animales cercano. - ¡Vamos a cuidarte hasta que puedas volar de nuevo! -exclamó Leticia con determinación.

Pasaron los días y cada vez nos volvimos más amigos. Juntos aprendimos la importancia de cuidar a los animales y respetar la naturaleza. Descubrimos que trabajando en equipo podíamos lograr grandes cosas.

Un día, mientras paseábamos por el parque, nos encontramos con un grupo de niños molestos tirando basura en el suelo sin importarles el daño que causaban al medio ambiente. Sin pensarlo dos veces, Leticia y yo nos acercamos a ellos para hablarles sobre la importancia de mantener limpio nuestro hogar común.

- Chicos, si todos colaboramos podemos hacer del mundo un lugar mejor para todos los seres vivos -les dije con firmeza. Los niños reflexionaron sobre sus acciones y decidieron ayudarnos a limpiar el parque juntos.

Al final del día, estábamos rodeados de bolsas llenas de basura pero también llenos de felicidad por haber hecho algo bueno por nuestro entorno. Desde ese día, Leticia y yo nos convertimos en defensores del medio ambiente, inspirando a otros a seguir nuestro ejemplo.

Aprendimos que aunque seamos pequeños, nuestras acciones pueden tener un gran impacto en el mundo si trabajamos juntos hacia un objetivo común: proteger nuestra casa: la Tierra.

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