Guillermo y el Valor del Corazón



Era un soleado día en el pueblo de Villa Esperanza, donde vivía un chico llamado Guillermo. Guillermo era un chico amable, curioso y soñador que pasaba sus días explorando la naturaleza y ayudando a los demás. Pero había algo que lo tenía pensando más que nunca: su amor por una chica llamada Emilia.

Emilia era una niña especial, con una risa contagiosa y una manera encantadora de ver el mundo. Ella y Guillermo solían jugar juntos en el parque, construyendo castillos de arena y volando cometas. Sin embargo, Guillermo era demasiado tímido para confesarle su amor.

Un día, mientras paseaban, Emilia dijo:

"Guillo, ¿te gustaría participar en la competencia de talentos de la escuela?".

Guillermo sintió un pequeño brillo en su corazón. No solo podía compartir un momento especial con Emilia, sino que también tendría la oportunidad de demostrarle lo que sentía. Pero Silvia, una compañera de clase que también tenía interés por Emilia, se enteró y comenzó a burlarse de Guillermo.

"No tenés chance, Guillermo. Si te atreves a presentarte, vas a quedar en ridículo".

Guillermo sintió cómo sus inseguridades comenzaron a tomar fuerza, pero al ver la sonrisa de Emilia, supo que debía intentar.

"Voy a hacerlo, Silvia. No me voy a dejar vencer".

Los días pasaron y, con la ayuda de su hermana mayor, Guillermo decidió preparar un número de magia. Siempre había sido fascinante para él, y sentía que podría deslumbrar a Emilia con sus trucos. Practicó todos los días, aunque a veces fallaba, se levantaba y seguía intentando.

Finalmente llegó el día de la competencia. El auditorio estaba lleno, y Guillermo podía sentir cómo su pulso se aceleraba. Cuando le tocó salir, respiró hondo y recordó por qué estaba allí: quería compartir su pasión con Emilia.

Al subir al escenario,

"¡Hola a todos! Hoy voy a hacer algo mágico", dijo con voz temblorosa, pero fuerte.

Empezó su actuación, y a medida que avanzaba, la magia sucedía. Sus trucos salieron mejor de lo que había imaginado, y el público comenzó a aplaudir. Sentía como si volara con cada ovación. Más aún, pudo ver a Emilia sonriendo del otro lado, y eso lleno su corazón de valor.

Cuando terminó, el auditorio estalló en aplausos y vítores. Aunque no ganó el primer lugar, Guillermo se sintió como un verdadero campeón. Emilia se acercó con una gran sonrisa.

"¡Guillermo! ¡Estuviste increíble! No puedo creer lo que hiciste", exclamó emocionada.

"Gracias, Emilia. Necesitaba hacer algo especial para demostrar que... que me gustás mucho".

La timidez lo invadió un poco, pero Emilia tomó su mano y le dijo:

"Yo también siento algo especial por vos. Sempre me alegra pasar tiempo contigo".

Guillermo sintió que el mundo se iluminaba. Había aprendido que a veces, el corazón necesita valentía. A veces, el miedo al rechazo se puede vencer con determinación y amor.

Después de esa experiencia, Guillermo y Emilia se convirtieron en grandes amigos y empezaron a hacer muchas más actividades juntos, siempre apoyándose el uno al otro. Aprendieron que ser uno mismo y expresar lo que se siente es el verdadero valor que se necesita en la vida. Y así, Guillermo nunca olvidó que el verdadero amor también gira en torno al respeto y la sinceridad.

de este modo, Guillermo comenzó a explorar no solo su amor por Emilia, sino también su pasión por los trucos de magia, convirtiendo su miedo en alegría.

FIN.

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