Gurk, el monstruo saltarín
Un día, Gurk decidió que no iba a dejar que su apariencia lo detuviera. Decidió salir al mundo y encontrar una manera de asustar a la gente sin importar cómo se veía.
Caminó por el bosque y llegó a un pequeño pueblo donde vivían muchos niños. Gurk sabía que los niños eran fáciles de asustar, pero también sabía que tenía que ser cauteloso para no herirlos.
Se acercó a un grupo de niños en el parque y trató de hacer una mueca espantosa. Pero en lugar de correrse, los niños comenzaron a reírse. Gurk estaba desanimado, pero no se rindió. Decidió tratar algo diferente.
Se escondió detrás de un árbol y saltó hacia adelante gritando "¡Boo!" cuando alguien pasaba por allí. Pero otra vez, en lugar de asustarse, la persona simplemente sonrió y siguió caminando.
Gurk estaba empezando a sentirse muy triste cuando escuchó una voz amable detrás de él: "-Hola pequeño monstruo ¿Qué haces aquí?"Era una anciana muy amable del pueblo quien notaba cuanto intentaba Gurk asustar a la gente pero sin éxito alguno.
"-¿Por qué estás tan triste?", preguntó ella"- Porque nadie tiene miedo de mí", respondió GurkLa anciana le dio unas palmaditas reconfortantes en el hombro,"-No te preocupes, pequeño monstruo. Todo el mundo tiene algo especial sobre ellos mismos. Sigue buscando tu verdadero talento".
Con esta nueva idea fresca en su mente, Gurk decidió que iba a encontrar su verdadero talento en lugar de intentar ser algo que no era. Al día siguiente, se acercó al mismo grupo de niños en el parque y les mostró lo bien que podía saltar.
Los niños quedaron impresionados y comenzaron a aplaudir. Gurk sonrió por primera vez en mucho tiempo. Descubrió que tenía un gran talento para el salto alto y la acrobacia.
A partir de ese día, se dedicó a practicar sus habilidades todos los días y pronto se convirtió en el monstruo más impresionante del pueblo. La gente comenzó a llamarlo "Gurk, el monstruo saltarín" y todos querían ver sus increíbles trucos.
Gurk aprendió una valiosa lección: no importaba cómo se veía, sino lo que era capaz de hacer. Y ahora, él sabía exactamente quién era: ¡un monstruo increíblemente talentoso!
FIN.