Hada María y el poder de su ojo mágico
Hada María era una pequeña hada con un don muy especial: tenía el poder de ver más allá de lo que los demás podían ver.
Con su ojo mágico, podía ver cosas que nadie más podía ver y eso la hacía sentir muy especial. Un día, mientras volaba por el bosque, se encontró con Ferrocarril, un pequeño tren que estaba atravesando un puente sobre un río. - Hola Ferrocarril ¿Cómo estás? - preguntó Hada María.
- Hola Hada María, estoy bien pero me da miedo cruzar este puente tan alto - respondió Ferrocarril temblando. - No te preocupes Ferrocarril, yo puedo ayudarte - dijo Hada María sonriendo y acercándose al tren para tocarlo con su varita mágica.
De repente, las ruedas del tren comenzaron a brillar y a moverse solas. El tren comenzó a avanzar por el puente sin problemas y Ferrocarril se sintió seguro gracias al poder de la hada María.
Mientras seguían su camino por el bosque, vieron una gallina triste sentada en una roca junto a la orilla del río. - ¿Qué te pasa gallinita? - preguntó Hada María preocupada.
- Perdí mis huevos en el río cuando intenté cruzarlo nadando - respondió la gallina entre lágrimas. - No te preocupes gallinita, yo puedo ayudarte también - dijo Hada María decidida a hacer algo para ayudarla. La hada extendió sus alas y voló hasta donde estaban los huevos perdidos en el fondo del río.
Con su ojo mágico, pudo ver exactamente dónde estaban y logró recuperarlos con su varita. La gallina estaba muy agradecida y feliz de tener a sus huevos de vuelta.
Mientras seguían caminando por el bosque, un avión se acercó volando hacia ellos. El piloto parecía haber perdido el rumbo y estaba asustado. - ¿Dónde estoy? - preguntó el piloto del avión.
- Estás en el bosque amigo, pero no te preocupes, yo puedo ayudarte - respondió Hada María sonriendo. La hada usó su ojo mágico para guiarse hacia la salida del bosque y le indicó al piloto cómo llegar a su destino. El avión despegó con éxito gracias al poder de la hada María.
Después de tantas aventuras emocionantes, Hada María se sintió muy feliz de haber podido ayudar a Ferrocarril, Gallinita y Piloto.
Aprendió que aunque era pequeña e indefensa en apariencia, tenía un gran poder dentro de ella que podía utilizar para hacer el bien en el mundo. Y así continuó volando por los cielos, siempre dispuesta a ayudar a quienes lo necesitaran gracias a su ojito mágico.