Hajar y la valentía en Marruecos


Había una vez una niña llamada Hajar que vivía en Buenos Aires y le tenía un miedo tremendo al dentista.

Cada vez que su mamá le decía que tenían una cita con el odontólogo, Hajar sentía un nudo en el estómago y se ponía a temblar. Por más que su mamá intentaba tranquilizarla, el miedo de Hajar seguía ahí. Un día, Hajar se despertó con un dolor agudo en uno de sus dientes.

No podía ni comer ni dormir del dolor. Su mamá la llevó rápidamente al dentista, pero justo ese día el consultorio estaba cerrado por problemas técnicos.

Hajar sintió un alivio momentáneo al no tener que enfrentarse a su mayor miedo, pero sabía que debía resolver su problema dental. Pasaron los días y las semanas, y finalmente llegaron las vacaciones familiares a Marruecos. Hajar estaba emocionada por conocer un nuevo país y olvidarse por un tiempo de su miedo al dentista.

En Marruecos vivió aventuras increíbles, descubrió lugares maravillosos y probó comidas deliciosas. Después de un año lleno de experiencias enriquecedoras, la familia regresó a Buenos Aires.

Hajar ya tenía 11 años y se sentía más valiente y segura de sí misma después de todo lo vivido en Marruecos. Sin embargo, sabía que aún debía enfrentar su miedo al dentista. Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, Hajar sintió nuevamente ese dolor punzante en su diente.

Recordó todas las enseñanzas recibidas durante su viaje y decidió que era momento de superar su miedo. Le pidió a su mamá una cita con el dentista. Al llegar al consultorio dental, Hajar respiraba hondo tratando de calmarse.

La odontóloga la recibió con una sonrisa cálida y le explicó cada paso del tratamiento que necesitaba para solucionar su problema dental. Sorprendentemente, Hajar notó que no sentía tanto miedo como antes.

"¿Estás lista para empezar?" -preguntó la odontóloga. "Sí", respondió Hajar con determinación.

Durante la consulta, Hajar mantuvo los ojos cerrados e imaginó todos los lugares hermosos que había visitado en Marruecos: las montañas nevadas del Atlas, los coloridos zocos de Marrakech, las playas doradas de Essaouira... De repente, sintió cómo el miedo desaparecía poco a poco. Al terminar la consulta dental sin problemas gracias a la valentía de Hajar, la odontóloga felicitó a la niña por haber superado su miedo.

"¡Eres muy valiente!", exclamó. —"Gracias" , respondió Hajar con una sonrisa radiante. Desde ese día, Hjar aprendio nunca es tarde para enfrentar nuestros temores porque solo así podemos crecer.

Y así fue como esta valiente niña logró vencer uno de sus mayores temores gracias a sus experiencias vividas durante sus vacaciones en Marruecos.

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